Saber escribir, saber leer

Cuantos autores sienten la necesidad de expresarse y cuantos otros después de haberlo hecho encuentran que no son comprendidos...

Cuantos pocos lectores entienden lo que leen. Ya en sí la comunicación puede ser un marasmo por el empeño, tanto del que escucha como del que habla, de imponer sus creencias o criterios antes de escuchar lo que el otro dice y pensar en lo que uno mismo está diciendo. Por esto –y alguien lo compartió conmigo– hay aún menos buenos lectores que buenos escritores. Leer es ser uno con el que escribe. Y si sucede en ocasiones que encontramos a ese autor con el que parece nos identificamos, mas ¿realmente nos identificamos o sólo proyectamos parte de lo que nosotros estamos preparados para entender? ¿Cuántas veces sucede que al retomar un libro de nuevo uno se encuentra con pasajes que parecen totalmente nuevos? Dicen que esto sucede con los buenos libros, los que acaban convirtiéndose en clásicos. Otras veces también nos aportan luz, esa luz que estaba ahí pugnando por salir pero que se resistía porque faltaba poner en palabras los sentimientos que no podíamos traducir.

Creadas originalmente por haideé iglesias

La lectura requiere de paciencia y también de sabiduría. No sólo es un pasatiempo. Al menos no lo es para mi, y tal como recuerdo ahora, nunca lo fue. Hago hincapié en que no es lo mismo leer que saber leer, así como no es lo mismo escribir que saber escribir. Que no se me malinterprete: cada uno vive el momento a su modo. Ello no es óbice para que encuentre el modo de realizar un cambio. Cambio, si. Y esto enlaza con lo que dije acerca de que los pensamientos no están escritos en ningún lugar en el cerebro. Somos nosotros mismos quienes los alimentamos y es ese alimentarlos lo que los convierte en algo que parece cierto. ¿Por qué no buscamos a otros que piensen de modo diferente a nosotros para así poder contrastar lo que asumimos como real? Sesgo. Una palabra del ámbito de la psicología que significa el modo parcial en el que entendemos y/o vemos algo.

Por mi parte sigo practicando la lectura de ese modo. Así puedo construir un criterio propio, ni más ni menos acertado, pero al menos de mi propia cosecha. Enriquecido por la libertad que me aporta saber que todo son ideas y que si no soy capaz de experimentarlas en mi misma se quedan en ideas tan sólo.

Mas, tal y como señala Sheldrake, también está el entendimiento abierto. Me gusta la palabra abierto porque es muy simbólica. Receptivo. Receptivo a esa información que está constantemente plasmándose en el universo. Bueno, en los universos :) ¿Cuántos habrá?

Ahora bien, tal y como es mi experiencia, es necesario también tener un sólido pilar personal. Antes de llegar a comprender lo que es el ego se pasa por estados nada cómodos. Y si uno no está bien encaminado o acompañado pueden surgir problemas. Y que como ya llevo diciendo hace mucho, tanto aquí como en el otro blog, con distintas visiones, pero lo mismo, muchos se pueden aprovechar de nuestra buena fe para hacernos creer como verdad lo que tan sólo es manipulación.

Si quieres ser libre has de tener en cuenta que no va a ser fácil. De ti depende. Después de todo cuanto ha acontecido, y viendo en vuestro silencio una respuesta hacia mi –no la juzgo, así lo hacéis porque así lo necesitáis– me doy cuenta del gran dolor que implica responsabilizarse de uno mismo.

Yo sigo aquí :) Si de algo puede servir lo que comparto, encantada. Sino, también encantada :)))