haideé iglesias
"Marla era médico y tenía una consulta en los suburbios, además de estar asociada a un pequeño hospital local. Si la suma de días que pasaban sus pacientes en el hospital superaba un número determinado, Marla y su marido recibían como compensación un lujoso crucero. Cuando se percataba de que el seguro de sus pacientes era el adecuado, solía recomendarles una estancia más larga de lo que estrictamente necesario. Vino a mi consulta de terapia debido a unos misteriosos ataques de ansiedad y depresión. "Tengo un marido maravillosos, que además es un dentista de mucho éxito; tengo una gran casa y una vida formidable. No sé qué me pasa."
Cuando conocí su acuerdo con el hospital, le pregunté cuáles eran sus sentimientos a ese respecto e inmediatamente se puso a la defensiva. Canceló nuestras dos siguientes citas. Cuando regresó a mi consulta, se quedó de un nuevo problema: el insomnio. Cuando retomé la cuestión de sus tratos con el hospital, dijo enfadada: "Bien, supongo que me siento un poso culpable, pero es una tontería. Quiero decir, ¿a quién estoy perjudicando realmente?".
Aunque síntomas como los que ella padecía podían tener diversas causas posibles, sospeché que el origen de su ansiedad, su depresión y su insomnio estaban relacionados con ese tema. Ella estaba violando su sentido más profundo de lo que está bien y lo que está mal, y ninguna racionalización podía proteger su autoestima. Las siguientes sesiones de terapia no fueron fáciles. Llegó un momento en que se preguntó en voz alta si lo mejor sería dejarlo y atacar el problema con tranquilizantes y antidepresivos.
El cambio se produjo cuando le propuse un experimento. "¿Estaría usted dispuesta a prescribir únicamente ingresos hospitalarios que esté convencida de que son médicamente necesarios durante los dos próximos meses? Veamos después qué ocurre.!"
Antes de diez días sus síntomas desaparecieron. Al final de la terapia señaló: "Mirando hacia atrás en el tiempo, puedo darme cuenta de que mi ansiedad y mi depresión eran mis "amigas". Eran las señales de que algo iba mal en mi modo de vida. Si me hubiera medicado contra ellas en lugar de tomar conciencia, habría cavado una sepultura más profunda aún para mi autoestima.
Los psicólogos no hablan demasiado acerca de la autoestima. En el mundo de hoy en día, muchas personas creen que es una palabra incongruente y pasada de moda. No les parece "científica". Una vez asistí a una conferencia sobre los comportamientos de las personas que perjudican la autoestima. Fue el único asistente que dio importancia al tema de la integridad y los abusos contra ella. Nadie más parecía interesado en esa línea de pensamiento. Y aun así, necesitamos principios que guíen nuestras vidas, y es preferible que los principios que aceptamos sean razonables porque, si los traicionamos, nuestra autoestima sufriría. La integridad es uno de los guardianes de la salud mental.
Este ejercicio de completar frases les ayudará a ir más allá en este trabajo (escriba seis o diez finales para cada una de las siguientes frases inacabadas, tan rápidamente como le sea posible):
Si aporto un cinco por ciento más de integridad a mis actividades cotidianas...
Si aporto un cinco por ciento más de integridad a mi trabajo...
Si aporto un cinco por ciento más de integridad a mis relaciones...
Cuando hago cosas de las que no me siento orgullosa-o...
Si quiero sentirme orgullosa-o de mis decisiones y mis acciones...
Empiezo a sospechar que...
Me estoy dando cuenta de que...
Realice este ejercicio de lunes a viernes durante dos semanas. Naturalmente habrá muchas repeticiones entre sus respuestas. No se preocupe por eso. También surgirán nuevos finales para estas frases. Al final de la primera y la segunda semana, durante el fin de semana, relea lo que haya escrito y escriba de seis a diez finales para esta frase inacabada:
Si algo de lo que he escrito es cierto, sería provechoso que yo...
Este ejercicio debería empezar a abrirle puertas, a ayudarla-e a vislumbrar nuevas posibilidades. No existe ganancia sin riesgo. La decisión de reunir el coraje necesario para atravesar esas puertas es suya.
Nathaniel Branden
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He utilizado, modificando, las sugerencias que realiza el propio autor para, si así quieres, entender como realizar el ejercicio de finalizar frases. Y la última frase pertenece a otro ejercicio mas, me parece oportuno realizarlo en conjunción con este para tomar conciencia de como estamos perjudicándonos nosotros mismos sin darnos cuenta de ello.
Señalo, y el título de esta entrada así lo refleja, que la autoestima no es más que lo que se conoce y/o conoció siempre como conciencia. No hay modo de engañar a la conciencia. No es de extrañar que muchos psicólogos no la quieran tener en cuenta. Esto esta cambiando poco a poco. Claro que no todos comienzan por si mismos, y venden palabras que no han experimentado y por lo tanto no sienten lo que aconsejan a las personas que les piden ayuda. Su vida personal refleja en muchas ocasiones la falta de autoestima, y también la falsa autoestima, en la que viven. Así pues, cuando los conductistas afirman que sólo se puede demostrar la conducta, deberían tener en cuenta la suya, porque no hay nada que se escape de ser conducta una vez que ésta se pone de manifiesto en cualquier acto que realicen, e insisto, también en los que dejen-an de realizar.
Conciencia=autoestima.
De su mano queda, señoras y señores, ponerse a trabajar para dejar de hacerles la vida imposible a quienes pretenden ayudar; también a quienes quieren cambiar a los demás pero se pasan la vida negando que haya algo en ellos que cambiar; también a los que por cuestiones de creencias, religiosas, científicas o de cualquier otra cuestión, se ocupen más de observarse a si mismos con honestidad y comiencen a reconocer y a aceptar aquello que no se atreven a hacer por miedo. Sea este el que sea. Un buen comienzo es reconocer que es miedo lo que se siente. Si, reiterativa yo. Muy saludable.
Ya lo he dicho: la sociedad es el reflejo de nosotros mismos. Y cuanto más enturbiemos el ambiente con los asuntos sin resolver y utilizando a los demás como chivos expiatorios (sean políticos o cualesquiera otros) más estos se dedicarán a hacernos la vida imposible.
Si no te gusta que te empujen ¿por qué empujas tú? Empatía, si. Una palabra muy bonita que hace falta sentir para darle vida interior, siendo entonces posible entender lo que significa. Palabras muchas. Comprensión, muy poca.
Si dejé la facultad fue por la falta de ética que imperaba en aquel ámbito. Como no podía cambiarlos a ellos, decidí –algo que ya sabía– cambiar yo, resolviendo aquello que aún estaba pendiente, al parecer. Si, había algo pendiente, pero no era lo que yo estaba pensando. Era uno más de los engaños de... ¿Buda? o ¿será Mara? Bien, también puedo llamarlo conciencia, sin más. Lo demás me lo reservo para mi, en este momento.
Gracias a todos por darme la oportunidad de comprender a través de vuestras conductas, audibles, silenciosas o telepáticas :)))
Y mis disculpas a quienes ya hacen todo lo posible por ser mejores personas, sincera y honestamente. Gracias también a ellas :)))
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Compleja imagen... mas, en el interior siempre está la luz... -.-
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Hola! cristi: en vez de decir lo que puedes es hacer... respondiendo las frases :)))
EliminarCuánto pierdes el tiempo, si.
Un abrazo, si es que estás receptiva para recibirlo, la coraza parece cada vez más dura... así pues, no pierdas la esperanza en ti misma para encontrar la honestidad, en vez de poner fe en los demás. Todo comienza por uno mismo.
Cristi Galván ha dejado un nuevo comentario en su entrada "La confusa cuestión de la autoestima":
EliminarHola, Haideé:
No se qué decirte en verdad lo qué he leído me ha dejado sin palabras; pero creo que no debemos perder nunca la fe en los demás... aunque claro hoy día cómo están las cosas; es normal q. haya tanta desesperanza, y dudas excelente retoque digital.
Saludos.
No, Cristi, no,, esta vez no voy a permitir que te evadas de esas palabras que escribes.
EliminarEl comentario es la copia del correo en el que quedó grabado tu comentario y lo muestro de nuevo para que sea público. Todo claro y transparente. Honestidad.
Y me resulta muy llamativo que los comentarios que dejas estén en entradas concretas... Ya he dicho que es la intención lo que importa... y esto es lo que hago... desde la no intención que es la que me pone en contacto con la verdad que no necesita palabras... y que pone al descubierto la intención –consciente o inconsciente– de los demás.
an impressive piece of art.
ResponderEliminarPlease have a good new month.
daily athens photo
¡Hola! robert: me alegra que te guste.
EliminarPor supuesto, estoy disfrutando ya :) Gracias :;)
Un abrazo :)