haideé iglesias
"La mayoría de nosotros no está en comunión con nada. No estamos en comunión directa con nuestros amigos, con nuestra esposa, con nuestros hijos […]
Para comprender, pues, el dolor, uno debe amarlo, ¿no es así? Es decir, debe estar en comunión directa con él. Si usted quiere comprender algo –a su vecino, a su esposa, o a alguna relación–, si quiere comprender algo completamente, debe estar cerca de ello. Debe llegar a ello sin reparo alguno, sin prejuicios, condena ni repulsión; debe mirarlo, ¿verdad? Si yo quiero comprenderlo a usted, no debo tener prejuicios a su respecto, debo ser capaz de mirarlo, no a través de las barreras, de las pantallas de mis prejuicios y condicionamientos. Tengo que estar en comunión con usted, lo cual implica que debo amarlo. De igual manera, si quiero comprender el dolor, debo amarlo, debo estar en comunión con él. No puedo hacerlo porque estoy escapando del dolor mediante explicaciones, teorías, esperanzas, postergaciones, todo lo cual constituye el proceso de verbalización. Así pues, las palabras me impiden estar en comunión con el dolor. Las palabras –palabras de explicaciones, racionalizaciones, que siguen siendo palabras, un proceso mental–, impiden que entre en comunión con el dolor. Pero sólo cuando estoy en comunión con el dolor puedo comprenderlo."
Krishnamurti (31 de Julio. OCK. Vol. VI)
Si, no queremos el dolor, y no hacemos más que estar apegados a él... pero, estoy repitiendo lo ya expuesto hace muchas entradas...
Como no prestamos atención a nada –y no estoy exagerando–, los accidentes son frecuentes. Pero no nos paramos a pensar porqué estos accidentes suceden... Sólo queremos que nos los "arreglen" y a ser posible sin dolor... Pero... luego no hacemos más que hablar de lo que nos pasó... y cuanto nos dolió, y, etc, etc, etc... Si un poco de atención has puesto en ti mismo comprobarás cuales son los etc... palabras... palabras y más palabras... curioso, queremos por encima de todo ser escuchados... y no lo conseguimos (los otros suelen cansar de oír historias de otros cuando uno tiene abundancia de las suyas) y así estamos, perdidos en un mar de palabras que no se escuchan verdaderamente... y que no nos escuchamos decirlas... no nos escuchamos ni a nosotros mismos... como hablo, como pronuncio, qué digo, para qué lo digo, y si sé qué quiero decir exactamente eso... porque luego... luego sucede que alguien avispado nos capta rápidamente y hace de nosotros un guiñapo... pero, ¿por qué no hemos escuchado a nuestro corazón que siempre nos ha estado hablando? Porque así nos han enseñado. A obedecer a los demás y nunca a nosotros mismos... ¿Cómo culpar a los demás de lo que no hemos comprendido en nosotros mismos? Nosotros también hacemos eso, no escuchar, sólo manipular... Qué amargo sabor de boca dejan tales relaciones ¿verdad? Y ¿por qué no las sueltas? Por el miedo... miedo a la soledad, a no ser nadie, a desaparecer... Todo una ilusión...
Amar Siempre Gana -.-
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Qué el amor ilumine tu inteligencia y abra tu corazón para que las palabras que pronuncies conviertan el mundo en un lugar mejor :)
Sin mentir, encontrarás la luz del amor con más facilidad.
Siente la vida, siéntete a ti mismo, y di lo que sientes, sintiendo lo que dices
La paz es el camino y la humildad sus pies -.-