Creada originalmente por Haideé Iglesias
Enfrente, al lado, recto, doblado, estático, móvil, curvo, recto...
Todo lo que creamos nos refleja.
Acero, miedo al deterioro.
Barandillas, miedo al vacío.
Farolas, miedo a la oscuridad...
Nosotros mismos somos inseguros, con lo que vemos el mundo como un lugar lleno de trampas que no podremos superar. Y yo me pregunto, ¿cómo entonces somos capaces de respirar? ¿cómo es que la sangre circula por nuestro organismo? ¿cómo es que podemos engendrar hijos? ¿Qué nos hace pensar que la naturaleza es nuestra enemiga? De ella nos alimentamos, de ella recibimos el día y la noche, estando despiertos y durmiendo en cada uno de estos periodos. En nuestro miedo pretendemos vivir en nubes de algodón, cuando es en las dificultades donde aprendemos de lo que somos capaces.
Aquellas emociones que nos generan contradicción e inestabilidad son las puertas a la comprensión de nosotros mismos, y bienvenidas, porque así es como podemos descubrir que en la contradicción está la perfección y la armonía. En el momento en el que las emociones resuenan en armonía, nos percatamos de que ya no hay lugar para el miedo. Es como cuando se aprende a tocar un instrumento, al principio suena fatal, nos resulta desagradable, parece chirriar, pero cuando vamos aprendiendo poco a poco con el esfuerzo continuado comenzamos a sentir una sensación de alegría y bienestar. Así estamos nosotros cuando vivimos en el miedo, chirriando, nuestro organismo chirría porque le estamos impidiendo expresarse en su propia naturaleza que es la de ser armónicos, en armonía con la naturaleza, pues esto somos, naturaleza.
Esta imagen a mi me resulta armoniosa a pesar de su aparente frialdad, precisamente por como están distribuidas las referencias o elementos. Es como me estoy sintiendo yo en estos momentos, contradictoria, y ya que lo siento, pero es algo que tengo que hacer, y además, quiero hacerlo. No siempre se puede gustar a todo el mundo, por eso lo mejor es estar bien con uno mismo. Eres el único que no te fallará nunca . Si, ya sé que muchos son su mayor enemigo. No es mi caso :)
Por esto quiero dar las gracias a aquellos que me hacéis compañía, y también a los silenciosos. Bueno, a todos. En eso consiste la perfección para mi, en respetar a todos los seres, puesto que cada uno vive su momento...