Creada originalmente por Haideé Iglesias
La última confesión
El día terminó; la noche llega;
he sentido, he pensado y he llorado;
amé y odié, pero jamás ha dado
asilo el alma a la pasión que ciega.
La fe en el porvenir mi ser anega;
constante y rudamente he trabajado;
sufrí el dolor con ánimo esforzado
y sembré mucho, sin hacer la siega.
Gané el descanso en la región ignota
donde reina la paz del sueño inerte;
pero la luz que de la mente brota
y en ruta eterna sus destellos vierte
será encendida en estación remota.
¡Tendré otro día al terminar la muerte!
Rosario de Acuña
Esta imagen corresponde a la casa ya restaurada. La casa original sólo era la del centro, en la cual vivió con gran modestia el destierro y donde terminó sus días Rosario de Acuña. Quiero rendirle homenaje a esta gran mujer, incomprendida por muchos pero con un gran talento, y sobre todo, con una gran libertad.
La fe en el porvenir mi ser anega;
ResponderEliminarconstante y rudamente he trabajado;
sufrí el dolor con ánimo esforzado
y sembré mucho, sin hacer la siega.
Me ha gustado mucho esta parte. No la conocia y verdaderamente me gusta.
Un beso
Has subido al mismisimo cielo para hacer esa fotografia :)))
ResponderEliminarBiquiños
Maravillosamente imagen poética de un poema profundo y muy conmovedor. El cielo en la fotografía se ve como si la casa en el fin del mundo, es - un efecto impresionante. Un abrazo
ResponderEliminarEl post es muy tierno y emotivo; un bonito homenaje. La foto es impresionante, el cielo tiene un dramatismo que encaja con el sufrimiento, dolor y esperanza del poema. Una esperanza que va más allá de la muerte...¡qué suerte tienen los que, a pesar de los avatares de la vida, no pierden esa fe en ver la luz... en alguna estación remota!
ResponderEliminarP.D.: ¿lo de los buscadores iba por los nuevos visitantes?
Una abrazo y un beso.