Creada originalmente por Haideé Iglesias
"Cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha"
(Mt 6,3)
Ocurre con la caridad lo mismo que con la felicidad y la santidad: no puedes decir que eres feliz, porque dejarás de serlo en el momento en que seas consciente de tu felicidad. Lo que tú llamas "experiencia de la felicidad" no es tal, sino la emoción y el estremecimiento causados por una persona, una cosa o un acontecimiento. La verdadera felicidad es in-causada Eres feliz sin razón alguna. Y la verdadera felicidad no puede ser experimentada. No pertenece al ámbito de la consciencia, sino al de la espontaneidad.
Lo mismo puede decirse de la santidad. En el momento en que seas consciente de tu santidad, esta se degradará y se convertirá en santurronería. Una buena acción nunca es tan buena como cuando no tienes conciencia de que lo sea; estás tan enamorado de la acción que que no eres consciente de su bondad y su virtud; cuando tu mano izquierda no tiene ni idea de que tu mano derecha está haciendo algo bueno o meritorio; cuando simplemente, lo haces porque te parece lo más natural y espontáneo del mundo. Emplea algún tiempo en tomar conciencia de que toda la virtud que puedeas observar en ti no es virtud en absoluto, sino algo que has cultivado, producido y hecho madurar en ti de manera artificial. Si fuera auténtica virtud, la habrías tenido siempre y plenamente, y te resultaría tan natural que ni siquiera se te ocurriría pensar en ella como en una virtud. De manera que la primera cualidad de la santidad es su carácter espontáneo.
La segunda cualidad es su facilidad, o no necesidad de realizar esfuerzo alguno. El esfuerzo puede modificar el comportamiento, pero no puede modificarte a ti. Fíjate bien: el esfuerzo puede acercar el alimento a tu boca, pero no puede producir el apetito; puede hacer que te quedes en la cama, pero no puede producir el sueño; puede hacerte revelar un secreto a otra persona, pero no puede producir la confianza; puede obligarte a hacer un cumplido, pero no puede producir la verdadera admiración; puede realizar actos de servicio, pero no puede producir el amor o la santidad. Lo más que puedes conseguir a base de esfuerzo es represión, no verdadero cambio y crecimiento. El cambio es fruto únicamente del conocimiento y la compresión. Comprende tu infelicidad, y esta desaparecerá y dará paso al estado de felicidad. Comprende tu orgullo, y éste se vendrá abajo y se transformará en humildad. Comprende tus temores, y éstos se disolverán, y el estado resultante será el amor. Comprende tus apegos, y éstos se desvanecerán, y la consecuencia será la felicidad. El amor, la libertad y la felicidad no son cosas que tú puedas cultivar y producir. Ni siquiera puedes saber en que consisten. Lo más que puedes hacer es observar sus contrarios y, mediante la observación, hacer que éstos desaparezcan.
Hay una tercera cualidad de la santidad, no puede ser deseada. Si deseas la felicidad, estarás ansioso por obtenerla y te sentirás constantemente insatisfecho, y la insatisfacción y la ansiedad matan la misma felicidad que pretenden conseguir. Si deseas para ti la santidad, estarás alimentando la misma ansia y ambición que te hacen ser tan egoísta , tan engreído y tan impío.
Hay algo que debes comprender: existen dentro de ti dos distintos "motores" para el cambio. Uno de ellos es la astucia de tu propio ego, que te incita a hacer esfuerzos para ser distinto de lo que se supone que debes ser, de modo que dicho ego pueda esforzarse y autoensalzarse. El otro "motor" es la sabiduría de la naturaleza. gracias a la cual te haces consciente y capaz de comprender. Eso es todo cuanto tú haces: dejar el cambio –el tipo, la modalidad concreta, la velocidad y la oportunidad del cambio– en manos de la realidad y de la naturaleza. El ego es un estupendo técnico. Eso si, no es creativo. Lo que hace es coleccionar métodos y técnicas y "producir" personas supuestamente santas: personas rígidas, consecuentes, "mecánicas" y faltas de vida, tan intolerantes para con los demás como para consigo mismas; personas violentas, que son lo más opuesto que pueda imaginarse a la santidad y al amor; esa clase de personas "espirituales" que, conscientes de su espiritualidad, son capaces de crucificar al Mesías.
La naturaleza, en cambio, no es técnica, sino creativa. Dejarás de ser un astuto técnico y pasarás a ser creador el día en que domine en ti el verdadero abandono, es decir, la ausencia de codicia, de ambición, de ansiedad y de obsesión por el esfuerzo, la ganancia, el triunfo y el éxito. El día en que no tengas más que una profunda, viva, penetrante y vigilante conciencia que haga desaparecer de ti toda necedad y egoísmo, todos tus apegos y tus miedos. Los cambios que resulten no serán producto de tus progresos y esfuerzos, sino fruto de la naturaleza, que desdeña tus planes y tu voluntad y que, consiguientemente, no da cabida a sentido alguno del mérito o del esfuerzo, ni siquiera al conocimiento por parte de tu mano izquierda de lo que la realidad está haciendo por medio de la mano derecha.
Anthony de Mello
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Imperfección perfecta
I read all your post ( google helped me to translate it) and I like what you said about happiness. I hope I understood ok. I agree that true happiness is happiness for no reason, it's spontaneous. I also think that it's momentary.
ResponderEliminarI thought about holiness and I thought that is so true that we are in love with our actions, thoughts and intentions.
And I always get my inspiration from nature. I truly believe that it's creative.
This post touched my heart and made me think. Thank you for that.
Your photograph is wonderful. I love everything about it, colors and drops of water and composition. Beautiful image!!!!!!!
My warm wishes to you!!!!!
Las observaciones que publicas son toda una lección sobre la vida y hacen reflexionar. La foto es, sencillamente, preciosa. El agua tiene vida...es vida.
ResponderEliminarUn abrazo,
Anthony de Mello siempre dice cosas preciosas que me hacen reflexionar, desde frases cortas a escritos largos como este. ¿La foto? la foto es vida, pura vida como dice Pat.mm. Un abrazo
ResponderEliminarme encanta el rocio!! es preciosa!!
ResponderEliminarun abrazo
Fantástica foto!
ResponderEliminarSaludos!
El ego es un estupendo técnico. Eso si, no es creativo. Lo que hace es coleccionar métodos y técnicas y "producir" personas supuestamente santas: personas rígidas, consecuentes, "mecánicas" y faltas de vida, tan intolerantes para con los demás como para consigo mismas; personas violentas, que son lo más opuesto que pueda imaginarse a la santidad y al amor; esa clase de personas "espirituales" que, conscientes de su espiritualidad, son capaces de crucificar al Mesías.
ResponderEliminarLa naturaleza, en cambio, no es técnica, sino creativa. Dejarás de ser un astuto técnico y pasarás a ser creador el día en que domine en ti el verdadero abandono, es decir, la ausencia de codicia, de ambición, de ansiedad y de obsesión por el esfuerzo, la ganancia, el triunfo y el éxito. El día en que no tengas más que una profunda, viva, penetrante y vigilante conciencia que haga desaparecer de ti toda necedad y egoísmo, todos tus apegos y tus miedos.
El ego no os deja soltar... Decididamente, la palabras que usáis son fruto del ego... habla mucho, pero no pone nunca en práctica nada... bueno, si, pone en práctica siempre el no hacer nada para librarse de su miedo...