Falsamente entrecruzadas

haideé iglesias

Como nuestra percepción de quienes somos. Si quitas todas las etiquetas que parecen definirte, ¿qué queda? Nada más que un corazón latiendo. Unos pulmones respirando. Un cuerpo que vive. Vive sin tu voluntad. ¿Por qué te aferras al cuerpo e ignoras que tú no controlas nada?

Falsamente entrecruzadas, si. Sólo apoyos que quieren protegernos. No hay modo de protegerse de la muerte. Es inevitable.

Recoge en tu seno a aquellos que no pudieron comprender la importancia de vivir, tanto como a sus víctimas.

Si sólo miras el dolor no verás la alegría. Y la alegría es que el mar sigue moviéndose generando vida. Por muchas barreras que le pongamos. Sencillamente las borrará todas, incluyéndonos a nosotros. Que en vez de corregir las mismas actitudes, conductas y desilusiones, ponemos más y más barreras cegados por el miedo. Miedo: la principal emoción a reconocer en uno mismo.

Me llama la atención que tantos y tantos se erijan en pregoneros de todo lo mal que lo hacen los otros. Yo les hago una pregunta: ¿Qué harías tú si hubieras nacido en ese lugar o con esas mismas circunstancias?

Buenos dos :): ¿Acaso pensarías como piensas desde la visión que ahora tienes y predicas? Es posible que fueras aún mucho peor... ¿quién sabe...? Hablamos demasiado y no sabemos ni de lo que hablamos... Es muy fácil hablar sentados en un sillón rodeados de comodidades (para mi no son tales, y si más bien, obstáculos que nos impiden mirar a fondo) O ante un ordenador. Si. Falsamente entrecruzadas.

Arregla tu interior, aquellos pensamientos que crees verdades absolutas y comenzarás a descubrir que otro mundo, otra forma de vida, es posible. Lo demás, palabras. Palabras que embaucan a quienes no saben escuchar con el corazón. Y esto también es una generalización. Valga para esta entrada, y no más.