haideé iglesias
Sufrir o disfrutar son elecciones. En un parque se produce una conjunción entre la fuerza salvaje de la naturaleza y la mano del hombre aquietándola. Tal como se produce, por ejemplo, en los jardines zen. Mas, también está la fuerza de los jardines que pueblan libremente y singularmente la naturaleza. ¿Cómo decir que hay algo equivocado (o acertado) en cualquiera de ellos? Yo no puedo. La belleza no está más que en el alma de quien mira. Y el cinismo mata esa belleza. Sencillamente porque una persona que se halla presa del cinismo no encuentra el modo de crear. No se trata de fingir que hay belleza donde uno no siente que la hay, sino en encontrar el modo de crear a partir de ella. De este modo se encuentran soluciones, sencillamente porque ya no se mira del mismo modo.
Mientras tanto, aquí están estas imágenes... regalando belleza... vida... y Amor...
reluce vivo.
Dúctil entrega.
El amarillo, mi amarillo
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