haideé iglesias
En una película misteriosamente profética que lleva este título [y que, en castellano, se llamó "La cortina de humo"], un gobierno urde la noticia de una provocación en cierto país balcánico imaginario como una estrategia para desviar la atención del público. El episodio que, en realidad, nunca ocurrió, se ve repetidamente programado en televisión hasta que al final acaba enardeciendo a la ciudadanía y justificando una intervención militar.
Es curiosa la facilidad con la que algunos políticos dicen y hacen lo que les conviene con tal de convencernos de verdades que no son tales, basándose en interpretaciones interesadas de cuestiones secundarias, que en el mejor de los casos tuvieron un significado diferente, o en desvergonzadas mentiras. Un ejemplo muy ilustrativo en este sentido nos lo proporciona el incidente del golfo de Tonkin, según el cual Vietnam del Norte atacó a nuestra flota y que sirvió para justificar una guerra que acabó en diez años de destrucción. Y poco importa que ese tipo de episodios sea el fruto de una confabulación maquiavélica, del deseo cínico de poder o de la ingenuidad bienintencionada porque, sea cual sea el motivo subyacente, acaba conduciéndonos al mismo calamitoso final.
Lo único que deben hacer hoy en día los políticos es decir que algo es azul, porque, aunque sea manifiestamente rojo, siempre habrá medios de comunicación que insistirán en que es azul hasta acabar convenciendo al público. Mucha gente cree a pies juntillas en lo que dicen las noticias y acaba considerando un hecho sin importancia como una agresión en toda regla a nuestro país y una oportunidad en consecuencia, para indignarnos y responder con una contundencia que demuestre que a nosotros no se nos puede amenazar, agredir ni intimidar. En tal contexto, todo es posible, por más inverosímil o absurdo que parezca.
Quizás el rojo sea realmente azul y quizá hubo alguna conexión entre Irak y los ataques del 11-S. Pero apenas se menciona esa posibilidad, aún aduciendo, para ello pruebas muy endebles, improbables o aun fabricadas, se convierte, para muchas personas, en la verdad absoluta, especialmente cuando se repite hasta la saciedad y en un contexto destinado a sembrar el odio que sólo aspira a explotar nuestros comprensibles sentimientos de inseguridad. De hecho, el argumento de que "si no acabamos con los terroristas de Irak nos veremos expuestos, en cualquier momento, a ataques con armas de destrucción masiva compradas a gobiernos sin escrúpulos que acabaran con la vida demás personas inocentes" no parece tan improbable. "Ataquemos antes de que lo hagan ellos. A fin de cuentas, nosotros somos los buenos y los que hemos sido agraviados. Y no es preciso para ello, independientemente de lo que digan nuestros amigos y nuestros aliados, que nos detengamos a analizar con detenimiento la situación. Ahora las cosas son diferentes. O están con nosotros o están contra nosotros. Ahora el azul es rojo y quienes siguen afirmando que es azul no son patriotas, no se dan cuenta del peligro que corren nuestra libertad y nuestra democracia y no merecen nuestra confianza."
AsÍ ea como acabamos enfrascados en una "guerra preventiva" y expulsando a un dictador monstruoso, cuya caída sólo lamentan sus compinches, y no tardamos en vernos sumidos en una nueva ciénaga. Pero la arrogancia, el abuso de poder y nuestra necesidad de ser, a toda costa, los "buenos" –aún por razones equivocadas– acaban movilizando al alistamiento de nuevos reclutas en las filas de las organizaciones terroristas de todo el mundo.
¿Acaso nos hace sentir más seguros esta manifiesta distorsión de la verdad? George Orwell escribió 1984 como un relato aleccionador de lo que puede suceder cuando nos negamos a llamar "pan" al pan o cuando nos engañamos hasta el punto de creer que el blanco es negro y que el negro es blanco o, como el mismo dijo, que "La Guerra es la paz y la libertad la Esclavitud".
Difícilmente puede escapársenos una cita, atribuida al general nazi Herman Goering en el tribunal de guerra de Núremberg que sucedió a la Segunda Guerra Mundial y que, poco antes de la invasión preventiva, circuló ampliamente por Internet, que ilustra a la perfección el fenómeno "de la cola que menea al perro":
Naturalmente, la gente común no quiere la guerra, pero después de todo son los dirigentes quienes dictan la política de su país y resulta muy sencillo arrastrar a todo un pueblo, independientemente de que se trate de una democracia, de una dictadura fascista, de un régimen parlamentario o de una dictadura comunista. Tenga o no voz, al pueblo siempre se le puede conducir hacia donde sus gobernantes quieran. Y esto es algo muy sencillo, porque lo único que hay que hacer es decirles que están siendo atacados y denunciar a los pacifistas por su falta de patriotismo y poner en peligro al país. No hay país que se resista a este tipo de argumentos.
Es tan fácil como problemático caer en la modalidad de pensamiento que divide al mundo en "blanco y negro" o "con nosotros o contra nosotros" que se deriva de manera refleja de esta percepción distorsionada. Pero cuando se nos insiste en que el negro es blanco y el rojo azul, se desplazan las fronteras de nuestra credulidad, porque todos sabemos que las situaciones son complejas y ambiguas y es preciso un gran discernimiento e intuición para valorar de la forma adecuada las alternativas de que disponemos y nos haga sentir realmente seguros. Es evidente que las causas y condiciones adecuadas y empleando el lenguaje adecuado, pero impulsadas por miedos que obstaculizan nuestra capacidad de ver con claridad y de discernir lo que es, pueden llevar a nuestras sociedades a emprender reiteradamente una fuga colectiva que nos lleve a perdernos en los espasmos de una locura que pone en peligro nuestro bienestar y hasta la integridad de nuestro país y de nuestra especie.
¿No habrá llegado ya el momento de despertar, el momento en que la cola deje de menear al perro, el momento de negarnos a seguir sacrificando nuestra libertad y nuestro sentido común en un altar de la distracción del miedo y de la manipulación? ¿No habrá llegado ya el momento de empezar a prestar atención a lo que realmente sucede, más allá de su apariencia superficial, en los ámbitos interno y externo, y dejar de ignorar los signos y los síntomas de nuestra enfermedad? ¿No habrá llegado ya el momento de hacer lo que debamos, sin seguir o que diga una inteligencia exclusivamente militar (que puede, por cierto, tener su propia agenda oculta) sino el amplio espectro de nuestras múltiples inteligencias y contribuir de ese modo a aumentar la claridad y la exactitud de valorar situaciones complejas? ¿No habrá llegado ya el momento de nuestra responsabilidad que como individuos y como naciones asumamos, para ser como diría el ejército: "todo lo que podamos ser"?
Jon Kabat-Zinn
Hay un libro acerca de como llegó al poder Hitler. En el descubrí información importante para mi. Y... las palabras que aquí refleja Jon de Goering no son más que palabras repetidas, memorizadas, sin ningún criterio propio. Todo aleccionado por el que dabas las órdenes... aunque hubiera algún tipo de afinidad (ya he dicho que a uno sólo le entran por donde hay un espejo reflejando el opuesto) y si, ya no hace falta dar más órdenes una vez que se ha sumido en la esclavitud psicológica a alguien mediante el miedo.
Pero... –ahora ya comienzan a gustarme estos peros :)–, pero, digo: no hay posibilidad de repetir aquel momento histórico. Y mira que uno de los profesores de la facultad quería colarlo... malo, malo. Ese tipo de enseñanza y la manipulación que supone. Se definía como conductista radical. Pero: ni lo uno, ni lo otro. Manga por hombro. Bueno, ahora ya no estoy por allí. Habrán descansado un poco :)
¿Verdad que llevo mucho tiempo insistiendo en que el miedo es la emoción que más nos esclaviza? Si, miedo e ignorancia.
Hay personas que insisten en que todo va más rápido... bueno, si, nosotros los humanos vamos más rápido, y algunos animales que conviven –a otros los obligamos a convivir– con nosotros, Yo no veo que el sol se mueva más rápido. Ni que los árboles crezcan más rápido, y puedo seguir así sin cansarme nunca... Es la mente, Maya, la que nos engaña constantemente, dale que te pego con el ruido metal, generado por el miedo.... Leo en este mismo libro que afirma que vamos más rápido, que los ataques de pánico son una de las plagas que es están produciendo con más intensidad. Los ataques de pánico son producidos por el organismo para que se le escuche. Si. Para que se vaya más despacio y se deje de pensar que el cuerpo y todo lo demás va a ir más rápido porque nosotros se lo digamos. [Hacer la digestión más rápido, respirar más rápido, dormir más rápido, trabajar más rápido, divertirse más rápido, estudiar más rápido... ¡ay¡ ¡Casi me muero! :)] Si el corazón va más rápido, que es lo que sucede con los ataques de pánico, inevitablemente se hace escuchar, porque no somos capaces de aguantar semejante desbarajuste de rapidez provocado por ese ir más rápido; muchas de las veces inconsciente, lo que lo agrava más porque la persona no sabe que es lo que le sucede. Así que provoca un ataque de pánico. ¿Y que es lo que se hace cuando uno tiene el corazón latiendo tan rápido? Parar... si, parar... y pedir ayuda. ¿Verdad? Y algunos facultativos dan, es posible que ya no lo hagan así, pastillas. Otros tratan a las personas despectivamente, lo que agrava el estado del que padece el ataque de pánico. En estos momentos, ya se dan pastillas para le tensión alta a los 40 años... Señores... Cuando la tensión sube es porque hay un estado de ansiedad generalizado, no expresado, en esa persona. Recomiéndenle relajación y un cambio de mentalidad y como consecuencia un cambio de vida. y no quieran quitar el problema del medio con pastillas.
No va a quedarnos más remedio que parar. Si. Y vamos a aprender a hacerlo. ¿Verdad que si? Sobre todo porque así pensaremos con más calma y discernimiento. Y no va a ser porque haya desgracias, no, sino porque ya va siendo el momento de que comprendamos que somos mucho más inteligentes y sabios de lo que nos han estado haciendo creer. Ya no hay marcha atrás. La violencia nunca ha solucionado nada. A la vista está que en todas las ocasiones en las que esto ha sucedido se ha vuelto a repetir lo mismo. Con lo que no es la solución. El cambio de paradigma requiere de honestidad sobre todo. Y humildad como consecuencia. Este es el mejor modo de entrar de lleno en el camino del cambio. Lo demás viene por si mismo. Comprobado empíricamente por mi a través de la experiencia. Desde el año 1989; año en el que el universo puso a funcionar con más intensidad –si porque ya antes estaba recibiendo lecciones pero ni lo entendía ni veía– aquello que yo pedía para aprender y descubrir. Si. Gracias a todos. Ahora os toca a vosotros aprender a descubrir que es lo que vuestra alma (o conciencia, o espíritu) pidió para poder aprender y poder despertar.
Recuerda: respiras sin tu voluntad. Tú corazón late sin tu voluntad. Aprende a escuchar y todo se transformará.
Cambio yo, cambia el mundo.
Amar Siempre Gana :)
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Qué el amor ilumine tu inteligencia y abra tu corazón para que las palabras que pronuncies conviertan el mundo en un lugar mejor :)
Sin mentir, encontrarás la luz del amor con más facilidad.
Siente la vida, siéntete a ti mismo, y di lo que sientes, sintiendo lo que dices
La paz es el camino y la humildad sus pies -.-