Creada originalmente por Haideé Iglesias
Nunca digas palabras que no te salgan del corazón. Si quieres un mundo mejor, habla siempre desde el corazón. Desde él siempre se habla con profundidad, y es esta profundidad la que transforma el mundo. Para mi es fácil saber quien lo hace y quien no. Todo es energía y es esta la que se transmite en cada gesto, palabra o acción. Lo demás es pura ilusión. La intención. Si esta no está preñada de sinceridad no brillarán los rayos de luz que irradia el amor, este que tanto necesita la humanidad para su curación. Si te niegas (esto genera obstrucción) a ti mismo la posibilidad de que se pueda conseguir (esto o cualquier otra cosa), no lo conseguirás. Pero entonces deja a los que si saben que se puede, expandan su energía para que todo se vaya transformando.
Por favor, piensa y habla siempre desde el corazón.
"Confía en la confianza y ten fe en la fe. Es la única solución cuando has perdido la confianza y la fe".
Merlin-Chopra
"Deberías saturar cada una de vuestras palabras con las poderosas vibraciones de vuestras almas. Si un hombre es incapaz de infundir en sus palabras la fuerza del espíritu, el suyo es un leguaje muerto. Cuando hablamos demasiado, o cuando exageramos o falseamos los hechos, nuestras palabras se vuelven tan inefectivas cual balas de papel disparadas con un rifle de juguete".
Paramahansa Yoganada.
Buen blog. Bonitas fotos.
ResponderEliminarSaludos!
Haideé, ¿y como actuar cuando cogen toda esa sinceridad y confianza y la utilizan en tu contra? :)
ResponderEliminarIntento dejarme llevar pero a veces creo que no lo conseguiré nunca...
Como siempre un placer seguirte.
¡Hola! optimus: cada uno de los sucesos que acontecen en nuestra vida son lecciones que nos quieren enseñar algo. No estoy diciendo que tengamos que dejarnos avasallar por personas con poco sentido de la ética, y cuanto menos de la compasión, sino que hemos de ser capaces de mirar dentro de nosotros para comprender el porqué de lo que nos acontece. Si yo tengo miedos, estos de un modo u otro aquel que nos quiere utilizar los va a percibir rápidamente, Y no siempre somos tan inocentes que nos neguemos a entrar en el juego que nos proponen. Es esto precisamente y no otra cosa lo que nos acaba haciendo daño, Si aprendemos a decir que no, en cualquier circunstancia veremos rápidamente como todo se transforma.
ResponderEliminarPor otra parte hay manuales que nos dan técnicas para aprender a manejar este tipo de situaciones. Una de ellas es la asertividad. Una vez bien aprendida, uno ya comprende que es lo que está haciendo mal, él, y por ello no "entra al trapo" de las artimañas de aquel que pretende manipular.
Ánimo optimus, te confianza y fe, verás como los caminos se van abriendo.
Un abrazo lleno de confianza en ti :))
Una foto en B&N más adecuada imposible, con el texto con el que la ilustras.
ResponderEliminarOjala tuviéramos toda la vida un alma limpia desde la que hablar.
Por desgracia en el mundo en el que vivimos la palabra está corrupta.
¡Hola! enrique: el mundo eres tú y lo soy yo, y lo somos todos. Si tú quieres que el mundo se transforme, transforma tú tu palabra y olvídate de los demás. Juzgar lo que hacen los demás, mal o bien, no nos hace a nosotros mejores personas. Antes de juzgar al otro, mira dentro de tu corazón. Y si no ves nada que juzgar entonces no tendrás necesidad de juzgar a los demás; y si ves algo que juzgar, entonces comprenderás al otro y tampoco tendrás ya necesidad de juzgar. Es fácil, muy fácil :)
ResponderEliminarUn abrazo
Por cierto ¡Hola! jorge: gracias por tu tiempo.
ResponderEliminarBienvenido, por si alguna vez decides volver.
Un abrazo
Me gusta tu contraluz y como siempre tu comentario.
ResponderEliminarTienes razón al comentar que las palabras huecas, que no reflejan tus propios sentimientos, no valen nada y es algo no solo vació sino incluso pérfido.
Nadie debe juzgar a los demás, solo debemos de comprender y perdonar, pero perdonar de verdad.
¡Hola! iglesias: gracias :)
ResponderEliminarNo pretendo tener razón, tan sólo digo lo que siento, lo que sé por mi propia experiencia. En cuanto a perdonar... no hay nada que perdonar... cierto que se ha de comenzar por aprender a hacerlo, mas cuando comprendes sabes que no hay nada que perdonar... ves que aquellos que no hablan desde el corazón es porque no han aprendido e ignoran como hacerlo. Sintiendo esto es más fácil hablar desde el corazón, y entonces las palabras no son pérfidas, sino confusas, llenas de ignorancia... algo que ayuda grandemente a tratar con aquellos que siguen ciegos.
Un abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Qué extraño que quien ha dicho llamarse amadeo haya borrado todos sus comentarios en este blog... si muy extraño. Más aún cuando no había nada que ocultar... claro que no lo entendí yo así... a saber que le pasó por el pensamiento para hacer esto...
Eliminar¡Hola! amadeo: no hay porqué falsear un estado de ánimo, tal como yo lo entiendo. Si hablas desde el corazón sabes que decir en cada momento porque tú mismo has sufrido, por ello encuentras el modo de alentar a esa persona, no mintiendo, sino escuchando, con el corazón también...
ResponderEliminarNo hay tan complejidad :). Si pensamos así es porque así nos han enseñado a pensar. La honestidad abre caminos, aunque en ocasiones parezca que los cierra. Cierra los que no son para uno. Y abre aquellos por los que ha de transitar. Claro que para reconocer los que son para uno primero se comenten muchos errores, todos ellos parten de la deshonetidad. Cuando puedes hacerlo libremente, desde el corazón, sabes lo que tienes que hacer en cada momento. En vez de fiarnos exclusivamente de la razón, nos dejamos llevar por el corazón... y... milagro :)) todo se transforma... todo....
Estamos tan acostumbrados a hablar sólo desde la razón que no nos apercibimos de que estamos desconectados del corazón... ¿Sabías que el corazón tiene neuronas? Por algo será :)
Un abrazo :)