Por el camino de Mieres con nieve y desde el tren

Creadas originalmente por Haideé Iglesias

Esta entrada se la dedico a Juan Carlos, él que tanto echa de menos poder viajar en tren.

Antes de que la nieve nos abandone por estas tierras quiero subir estas imágenes como un pequeño homenaje, ya que lo que antaño era normal en invierno, ahora es tan sólo circunstancial. Aunque parece que el clima de esta tierra se va armonizando. Qué perdure por mucho tiempo.

Por el camino de Mieres. Hay una canción que habla de él, ya no la recuerdo, Mieres una de las ciudades de Asturias. Cuenca minera y en su tiempo, no muy lejano, un ejemplo de solidaridad y compañerismo. Ahora las cosas están un poco más difíciles, mas viajar en tren hacia ella es todo un placer. Un recorrido corto, pero lleno de bonitos paisajes y contrastes, como por ejemplo esta térmica en medio de un valle, Soto de Rivera. Olloniego, antes de llegar a Mieres, un pueblo del que siempre he odio hablar bien pero que nunca me he parado en él, algún día será, si tiene que ser. Hay tantas cosas que me quedarán por ver...

Lo que más me seduce del tren es su traqueteo, su vaivén, los sonidos de las ruedas sobre los railes. Es como ir mecido continuamente. Un placer que quizá recuerde al que te hacían cuando te cogían en brazos y te mecían siendo bebé... o simplemente que es un sonido similar al del latido del corazón, por lo rítmico, y eso nos aleja de cualquier tensión. Esas ventanillas que nos protegen del exterior también se asemejan al estado fetal donde uno percibe, pero siempre arropado. Somos un mundo de emociones expresándose continuamente, tan sólo nos hace falta sentirlas para saber traducirlas con palabras. Un cuestión bastante ardua por lo que puedo comprobar continuamente a mi alrededor. El tren y Mieres, dos de mis mejores recuerdos; aunque aquí Mieres no aparezca, está impreso en mi memoria, pues viví parte de mi infancia a caballo entre esta pequeña ciudad y Cudillero.