viernes, 29 de julio de 2011

Escuchemos. Carta del jefe indio Seatle


“¿Cómo podemos comprar a vender el cielo?

¿Cómo podemos comprar o vender el calor de la tierra?

Esta idea nos parece absurda.

Si la pureza del aire y el murmullo

del agua no nos pertenecen,

¿cómo podemos venderlos?

Para mi pueblo no hay ni un solo

rincón de esta tierra que no sea

sagrado.

Una aguja de pino que brilla,

una orilla arenosa,

una ligera bruma

entre nuestros

oscuros bosques,

todo esta vivo ante los ojos y

en la memoria de mi pueblo.

La savia que sube por el árbol

lleva en ella misma la memoria

de los Pieles Rojas.

Cada pradera, cada insecto, es

algo sagrado para la memoria y la conciencia

de mi pueblo.


Formamos parte de la tierra y ella forma parte

de nosotros.

Esta agua cristalina que baja por los ríos y

Los arroyos, no es sólo agua; es también la sangre de nuestros

Antepasados.

Si os vendemos esta tierra, deberíamos enseñar a

vuestros hijos que es sagrada.



Creadas originalmente por haideé iglesias

¿Cómo explicaros que el murmullo de ese agua es la

voz del padre de mi padre…?


Si os vendemos nuestra tierra, deberéis amarla

Como nosotros lo hemos hecho y cuidarla igual que nosotros,

Tratando a todos los animales de

La tierra como a hermanos.

Pues si todo desapareciese, el hombre moriría

en una gran soledad espiritual.

Todas las cosas se hallan vinculadas entre sí.

Enseñad a vuestros hijos lo mismo que les hemos

enseñado a los nuestros sobre la tierra: que la tierra es

nuestra mejor madre y que todo lo que le

llega a la tierra, nos llega a nosotros y a los niños de la

tierra.


Si el hombre escupe a la tierra, se escupe a

si mismo.

Nosotros sabemos que la tierra no pertenece

al hombre, sino el hombre a la tierra.”


Y el anciano, preguntándose por su destino, acababa así

su carta al hombre blanco.


“A nosotros, este destino terrestre nos resulta

de lo más extraño. No podemos comprender por qué

se han exterminado a todos los bisontes, por qué

los caballos salvajes han sido domesticados, ni por

qué los lugares más recónditos de nuestros

bosques están impregnados con el olor de los

hombres.

Tampoco entendemos por qué nuestras grandes colinas

se hallan saturadas por “hilos que hablan” que estropean

su hermosa vista.


¿Qué ha sido de nuestras malezas? Han desaparecido.

¿Qué ha sido del águila? También ha desaparecido.


Esto es el final de la vida y el principio de la

supervivencia”.

jueves, 28 de julio de 2011

Un "yo" universal








Creadas originalmente por haideé iglesias

No "venimos" a este mundo;
brotamos de él, como las
hojas de un árbol. Como el
universo se puebla. Cada
individuo es una expresión
de la totalidad del reino de
la naturaleza, un acto único
del universo total.

Alan Watts

Me asombro cada vez más de la maravillosa vitalidad que nos da vida... Es tal la fuerza y la perfección desplegadas que ya no encuentro como no sentirme totalmente receptiva a vivir... Es más, aunque se pusiera empeño en ello todo empuja una y otra vez a sentir la fuerza que tan sutilmente se muestra en cada latido, en cada respiración, en cada visualización de lo que sucede alrededor...

Mara juega al engaño. Ilusión que no engaña al corazón.

miércoles, 27 de julio de 2011

Reencarnación


Creada originalmente por haideé iglesias

"El hombre consciente sabe que habita dentro del cuerpo, pero no es el cuerpo. Lo ama, es su morada, su casa, su hogar. No está en contra del cuerpo porque es absurdo estar en contra de tu propia casa, pero no es materialista. Es práctico, pero no es materialista. Realista, pero nunca materialista. Sabe que al morir no muere nada. La muerte llega, pero la vida continua."

Osho

Por mucho que quieran los publicistas (y otros muchos que no son publicistas) convertir lo sagrado en superficial y vanal, no conseguirán tal propósito. Vamos camino de la realización como seres humanos. Descubrir, por fin, que significa ser humano.

Ver con los ojos del alma, si :)))

martes, 26 de julio de 2011

Fuerza artística natural








Creadas originalmente por haideé iglesias

¿Para que añadir una sola palabra más? :)

Bueno, si. Se las dedico a esos José que tanto se afanan en disimular. La naturaleza, la mejor maestra...

lunes, 25 de julio de 2011

Expresándose


Creada originalmente por haideé iglesias

Cada vez que miramos con los ojos del alma...

"El deleite de las montañas, ríos, hierbas, árboles, animales, peces e insectos es una expresión del arte de la paz".

Morihei Ueshiba

viernes, 22 de julio de 2011

Paz


Creada originalmente por haideé iglesias

miércoles, 20 de julio de 2011

De la ambigüedad de la esperanza (Erich Fromm)


En este estudio he tratado de demostrar que el hombre prehistórico, que vivía en bandas cazando y recolectando, se distinguía por un mínimo de destructividad y un máximo de cooperación y compartición, y que sólo al aumentar la productividad y la división del trabajo, formarse en gran excedente y grandes estados con jerarquías y élites, aparecen la destructividad y crueldad en gran escala y crecen en la medida en que crecen la civilización y el papel del poder.


¿Ha aportado este estudio argumentos válidos en favor de la tesis de que la agresión y la destructividad pueden volver a asumir el papel mínimo en el tejido de las motivaciones humanas? Así lo creo, y espero que lo crean también muchos lectores.


En tanto es la agresión biológicamente dada en los genes humanos, no es espontánea, sino una defensa contra los peligros que amenazan a los intereses del hombre, los de su crecimiento y la supervivencia de la especie. Esta agresión defensiva era relativamente menor en ciertas condiciones primitivas... cuando ningún hombre representaba un gran peligro para ningún otro. Después, el hombre ha evolucionado extraordinariamente. Es legítimo imaginar que el hombre completará el ciclo y construirá una sociedad en que nadie esté amenazado; ni el niño por el padre, ni el padre por su superior, ni una clase social por otra, ni ninguna nación por una superpotencia. Lograr esto es enormemente difícil por razones económicas, políticas, culturales y psicológicas, más la dificultad adicional de que las naciones del mundo adoran ídolos –diferentes ídolos– y por eso no se entienden entre sí, aunque entiendan sus lenguas. Es locura olvidar esas dificultades, pero el estudio empírico de los datos demuestra que hay una posibilidad real de edificar ese mundo en un futuro previsible si se suprimen esos caballos de Frisa políticos y psicológicos.


Las formas malignas de agresión, por otra parte –sadismo y necrofilia– no son innatas; de ahí que puedan reducirse sustancialmente si se remplazan las condiciones socioeconómicas por otras favorables al cabal desenvolvimiento de las verdaderas necesidades y facultades del hombre, al desarrollo de la actividad original humana y de la facultad creadora objetivo propio, del hombre. La explotación y la manipulación producen aburrimiento y trivialidad, mutilan al hombre, y todos los factores que hacen del hombre un lisiado psíquico lo vuelven también sádico o destructor.


Esta posición será calificada por algunos de "superoptimista", "utópica" o "nada realista". Con el fin de apreciar los méritos de estas críticas parece necesario estudiar la idea de la esperanza y la índole del optimismo y del pesimismo.


Supongamos que estoy planeando una salida al campo para el fin de semana y que es dudoso que el tiempo sea bueno. Puedo decir que "soy optimista" en lo tocante al tiempo. Pero si mi hijo está gravemente enfermo y su vida pende de un hilo, decir "soy optimista" parecería extraño a la gente sensible, porque en este contexto la expresión suena desapegada y distante. Sin embargo, no podéis decir "estoy convencido de que mi hijo vivirá", porque en esas circunstancias no hay base realista para estar convencido.


¿Qué puedo decir entonces?



Creadas originalmente por haideé iglesias


Las palabras más adecuadas serían tal vez "tengo fe en que se salvará el niño". Pero "fe", a causa de sus implicaciones teológicas, no es una palabra para nuestros días. No obstante, es la mejor que tenemos, porque la fe entraña un elemento muy importante: mi ardiente deseo de que el hijo viva, y por ende que yo hago cuanto me es posible porque sane. No soy más un observador, separado del niño, como en el caso del ser "optimista". Soy parte de la situación que observo, estoy comprometido; mi hijo, acerca del cual yo, "sujeto", hago un pronóstico, no es un "objeto"; mi fe radica en mi relación con el hijo; es una mezcla de conocimiento y participación. Naturalmente, esto sólo es cierto si por fe entiendo "fe racional" (E. Fromm, 1947), basada en la clara conciencia de todos los datos relevantes y no, como la "fe irracional", ilusión basada en nuestros deseos.


El optimismo es una forma de fe enajenada, el pesimismo una forma de desesperanza enajenada. Si uno reacciona de verdad en forma favorable al hombre y su futuro, o sea con interés y "responsabilidad", sólo puede hacerlo, con la fe o la desesperanza. La fe racional, como la desesperanza racional, se basa en el conocimiento crítico y profundísimo de todos los factores relevantes para la supervivencia del hombre. La base de la fe racional en el hombre es la presencia de una posibilidad de que se salve; la base de la desesperanza racional sería el conocimiento de que no podía advertirse tal posibilidad.


En este contexto es necesario poner de relieve un punto. La mayoría de las personas están perfectamente dispuestas a denunciar por nada realista la fe en el mejoramiento del hombre, pero no reconoce que la desesperación no es más realista. Es fácil decir que el hombre siempre ha sido un asesino, pero no es exacto, porque al decir eso no se toma en cuenta el intrincamiento de la historia de la destructividad. Es igualmente fácil decir que el deseo de explotar a los demás es parte de la naturaleza humana, pero al decirlo también se desdeñan (o deforman) los hechos. Para resumir, decir que "la naturaleza humana es mala" no es ni un ápice más realista que decir que "la naturaleza humana se buena". Decir lo primero es sin embargo mucho más fácil; quien desea demostrar la maldad del hombre halla partidarios mucho más pronto, porque ofrece a cada quien una coartada para sus propios pecados... y al parecer no arriesga nada. Pero la difusión de la desesperanza irracional es en si destructiva, como toda falsedad, porque desanima y confunde. La predicación de una fe irracional o el anuncio de un falso Mesías apenas son menos destructivos, porque seducen y después paralizan.


La actitud de la mayoría no es de fe ni de desesperanza sino, por desgracia, de total indiferencia al futuro del hombre.Con quienes no son totalmente indiferentes, la actitud es de "optimismo"o "pesimismo". Los optimistas son los que creen en el dogma de la continua marcha del "progreso" Están acostumbrados a identificar los logros humanos con las conquistas de la técnica, la libertad humana con la libertad respecto de la coerción directa y la libertad del consumidor de escoger entre los muchos artículos que se hacen pasar por diferentes. La dignidad, la cooperación, la generosidad del primitivo no les impresionan, sólo las hazañas de la técnica, la riqueza, la dureza. Siglos de dominio sobre las gentes técnicamente atrasadas de color diferente han dejado su sello en la mente de los optimistas. ¿Cómo podría un "salvaje" ser humano e igual, no digamos superior, a los hombres que pueden ir a la luna... matar a millones de seres vivos pulsando un botón?


Los optimistas viven bastante bien, al menos por ahora, y pueden permitirse el "optimismo". O así lo creen, porque están tan enajenados que ni siquiera los afecta verdaderamente la amenaza al futuro de su nietos.


Los "pesimistas" no son en verdad muy diferentes de los optimistas. Viven no menos cómodamente y no se comprometen más que ellos. El destino de la humanidad les preocupa tan poco como a los optimistas. No se desesperan, porque si se desesperan no vivirían, ni podrían vivir, tan contentos como viven. Y mientras su pesimismo funciona en gran parte para proteger a los pesimistas respecto de toda exigencia interior de que hagan algo proyectando la idea de que no puede hacerse nada, los optimistas se defienden de la misma exigencia interna persuadiéndose de que todo funciona debidamente de todos modos y que por lo tanto, no es necesario hacer nada.


La posición que defendemos en esta obra es la de fe racional en la capacidad del hombre para salvarse de lo que parece red fatal de circunstancias, que él creo. Es la posición de quienes no son "optimistas" ni "pesimistas", sino radicales, extremistas que tienen una fe racional en la capacidad del hombre para evitar la catástrofe final. Este radicalismo humanista se dirige a las raíces y por tanto a las causas, quiere liberar al hombre de las cadenas de las ilusiones; postula que son necesarios cambios fundamentales no sólo en nuestra estructura económica y política sino también en nuestros valores, en nuestra concepto de las metas del hombre y en nuestra conducta personal.


Tener fe significa osar, pensar lo impensable, pero obrar dentro de los limites de las posibilidades reales; es la esperanza paradójica de esperar al Mesías todos los días pero no descorazonarse porque no llegue cuando creíamos. Esta esperanza no es pasiva ni paciente; al contrario, es impaciente y activa, y busca toda posibilidad de acción dentro del campo de las posibilidades reales. Y donde es menos pasiva es en lo relativo al desenvolvimiento y la liberación de nuestra propia persona. Claro está que se oponen graves cortapisas, determinadas por la estructura social, al desenvolvimiento personal. Pero esos supuestos radicales que aconsejan que no es posible ni siquiera deseable ningún cambio personal en la sociedad actual emplean su ideología revolucionaria para excusar su personal resistencia al cambio interno.


La situación del genero humano es demasiado seria actualmente para permitirnos escuchar a los demagogos –y menos a los demagogos que atraen la destrucción–,ni siquiera a los dirigentes que sólo trabajan con el cerebro y que necesitan fortalecer su corazón. El pensamiento radical y crítico sólo dará frutos si se mezcla con la cualidad más preciosa que tiene el hombre, el amor a la vida.


Erich Fromm "Anatomía de la destructividad humana".

lunes, 18 de julio de 2011

Puerta. Cerradura. Tirador


Creada originalmente por haideé iglesias

José Manuel. María José. José Antonio.
Tres personas con el nombre de José.
¿Corresponderá cada una de ellas a la simbología de esta imagen? ¿A cuál de ellos cada una?

No sé yo si llamar a un amigo gurú y también "dalai lama" será normal, y después pasar a ser, quien así le comentaba, el que mueve la batuta diciendole lo que tiene que hacer...

No sé yo si decir que la proporción aurica es un mito, es normal. O no creer en la caverna de la que hablaba Platón... para luego decir "tú sigue así"...

O presumir del gusto por las paradojas para no ver que él vive en una gigantesca...

Muy retorcido todo ¿no? Si, demasiado.

Son pequeños retazos de las tres personas con el nombre de José. ¿Será verdad tan siquiera que así se llaman? No es difícil saberlo hoy en día.
Poco me importa esto. El comportamiento narcisista usa de la exhibición, tanto del nombre como de la imagen, que no siempre es así; también se intenta dar credibilidad. Tal como yo lo he experimentado, la credibilidad es lo que uno transmite constantemente, con un nombre o sin él; con una imagen o sin ella. Ser, sin etiquetas.
Unas etiquetas que necesitamos poner para sentirnos más seguros, y lo que hacemos con ello es ocultar lo esencial tras la inmensa cantidad de papelitos que pegamos sobre otras personas y sobre nosotros mismos. Esta necesidad también está alimentada por nuestras creencias. En este caso estoy mucho más interesada en la coincidencia de estos nombres y en sus comportamientos alimentados por determinadas emociones (reconocidas o no) que hacen aparecer unos pensamientos u otros, y que son los que alimentan la intención, la más importante.

Qué empeño en hacer de la vida una farsa... Humanos, tan ocupados en hacer el tonto que se les (podría decir "se nos", pero esta vez no esa así) pasa la vida por delante sin saber que es...

Yo, mientras tanto, sigo viviendo. Y disfrutando del verano :)))
[Y rectificando sobre la marcha. Si, hasta que todo se equilibre :)))]

viernes, 15 de julio de 2011

¿Amor o apego?


"Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela;

más vale entrar manco en la Vida

que con las dos manos ir a la gehenna...

Y si tu ojo te es ocasión de pecado, arráncatelo;

más vale entrar ciego en el Reino de Dios

que con los dos ojos ser arrojado al fuego!".

(Mc 9,43 ss)


Cuando tratas con personas ciegas, empiezas a comprender que sintonizan con unas realidades de las que tú no tienes idea. Su sensibilidad hacia el mundo del tacto, del olfato, del gusto y del oído es tal que, a su lado, el resto de los humanos parecemos torpes y desmañados patanes. Nos dan lástima las personas que han perdido la vista, pero rara vez tomamos en cuenta el enriquecimiento que les proporcionan los restantes sentidos. Por supuesto que es una pena el que dicho enriquecimiento se produzca al elevado precio de la ceguera, y es perfectamente concebible que se pueda tener la misma sensibilidad que tienen los ciegos hacia el mundo de los restantes sentidos sin necesidad de perder la vista. Lo que no es posible, ni siquiera concebible, es que despiertes jamás al mundo del amor sin desprenderte resueltamente de aquellas partes de tu ser psicológico que llamamos los "apegos".



Si te niegas a hacerlo, no experimentarás el amor, la única cosas que da sentido a la existencia humana, porque el amor es el pasaporte para el gozo, la paz y la libertad permanente. Hay una sola cosa que te impide acceder a ese mundo, y esa cosa es el apego, producido por el ojo codicioso, que provoca el ansia en tu corazón, por la mano avarienta, que intenta aferrar, poseer y hacer suyo lo que el ojo ve, y se niega a soltarlo. Ese ojo ha de ser extirpado, y esa mano cortada, si se quiere que nazca el amor. Con eso muñones por manos, no podrás apoderarte de nada más. Con esas cuencas vacías por ojos, no tardarás en hacerte sensible a ciertas realidades cuya existencia jamás habrías sospechado.


Ahora, por fin, ya puedes amar. Hasta ahora, todo lo que tenías era una cierta cordialidad y benevolencia, una cierta simpatía e interés por lo demás, que erróneamente considerabas que era amor, pero que tiene tan poco en común con el amor como la mortecina luz de una vela con la luz del sol.


¿Qué es amar? Es ser sensible a cada porción de la realidad dentro y fuera de ti y, al mismo tiempo, reaccionar con entusiasmo hacia dicha realidad, unas veces para abrazarla, otras para atacarla, otras para ignorarla, y otras para prestarle toda la atención, pero siempre respondiendo a ella, no por necesidad, sino por sensibilidad.



¿Y qué es un apego? Es una necesidad compulsiva que embota tu sensibilidad, una droga que enturbia tu percepción. Por eso, mientras tengas el más mínimo apego hacia cualquier cosa o persona, no puede nacer el amor. Porque el amor es sensibilidad, y la sensibilidad se destruye cuando resulta dañada, aunque sea mínimamente. Del mismo modo que el funcionamiento defectuoso de una pieza esencial de un sistema de radar distorsiona la recepción y falsea tu respuesta a lo que percibes.


No existe el amor defectuoso, incompleto o parcial. El amor, como la sensibilidad, o lo es en plenitud o, simplemente, no es. O lo tienes íntegro o no lo tienes. Por eso, sólo cuando desaparecen los apegos accede uno al reino ilimitado de esa libertad espiritual que llamamos "amor" y queda libre para ver y responder. Pero no hay que confundir esta libertad con la indiferencia de quieren jamás han conocido la fase del apego. ¿Cómo vas a arrancarte un ojo o cortarte una mano que no tienes? Esa indiferencia, que tantas personas confunden con el amor (como no están apegados a nadie, piensan que aman a todo el mundo), no es sensibilidad, sino un endurecimiento de corazón originado por un rechazo, por una desilusión o por la práctica de la renuncia.


Es preciso atravesar las procelosas aguas de los apegos si se desea arribar a la tierra del amor. Sin embargo, hay personas que, sin haber zarpado jamás, están convencidas de haber arribado. Pero lo cierto es que hay que estar muy sano y ser muy perspicaz para que el bisturí amputador puede hacer su labor y el mundo del amor pueda brotar en la conciencia. Y no te engañes: eso sólo se logra con violencia. Sólo los violentos arrebatan el Reino.



¿Por qué la violencia? Porque, por sí sola, la vida jamás podría producir amor, sino únicamente conducir a la atracción, de la atracción al placer, y más tarde al apego y a la satisfacción, que finalmente conduce"... y vuelta a empezar: la atracción , el placer, el apego, la satisfacción... Todo ello mezclado de ansiedades, celos, posesividad, tristeza, dolor, etc., lo cual convierte el ciclo en una especie de "montaña rusa".


Cuando se ha repetido una y otra vez el ciclo, llega un momento en que acabas harto y quisieras poner fin a todo el proceso. Si tienes la suerte de no topar con ninguna otra cosa o persona que atraiga tu atención, podrás al fin obtener una paz un tanto frágil y precaria. Eso es lo más que la vida puede darte, aunque es posible que lo confundas con la libertad y, consiguientemente, acabes muriéndote sin haber conocido jamás lo que significa ser realmente libre y amar.


No. Si deseas liberarte del ciclo y acceder al mundo del amor, deberás atacar mientras el apego siga vivito y coleando, no una vez que lo hayas superado. Y deberás atacar, no con el bisturí de la renuncia, porque esa clase de mutilación no hace más que endurecer, sino con el bisturí de la consciencia.


¿Y de qué debes ser consciente? De tres cosas: en primer lugar, debes ver el sufrimiento que esa "droga" te está ocasionando, los altibajos, los estremecimientos, las ansiedades, las decepciones y el aburrimiento al que inevitablemente te conduce. En segundo lugar, debes darte cuenta de que esa "droga" está escamoteándote algo, a saber, la libertad de amar y de disfrutar de cada minuto y cada cosa de la vida. En tercer lugar, debes comprender que, debido a tu adicción y a tu programación, has atribuido al objeto de tu apego una belleza y un valor que, sencillamente, no posee: aquello de lo que estás tan enamorado tan sólo está en tu mente, no en la cosa o persona amada. Si logras ver esto, el bisturí de la consciencia deshará el hechizo.


Suele afirmarse que sólo cuando te sientes profundamente amado puedes abrirte con amor a los demás. Pero esto no es cierto. Un hombre enamorado se abre realmente al mundo, pero no con amor, sino con euforia. Para él, el mundo adquiere un irreal color de rosa que se desvanece en cuanto desaparece la euforia. Su presunto amor no se debe a que perciba claramente la realidad, sino a que está convencido, acertada o equivocadamente, de que es amado por alguien; un convencimiento peligrosamente frágil, porque se basa en la persona por lo que cree ser amado, que es voluble tornadiza por naturaleza y que en cualquier momento puede pulsar el interruptor y acabar con su euforia. No es de extrañar que quienes así proceden no consigan jamás perder su inseguridad.



(Cuando te abres al mundo por causa del amor que otra persona siente por ti, estás radiante; pero lo que irradias no es tu percepción de la realidad, sino el amor que has recibido de esa otra persona, la cual controla el "interruptor", de tal manera que, cuando lo pulsa, hace que tu brillo o irradiación se desvanezca).


Cuando uses el bisturí de la conciencia para pasar del apego al amor, hay algo que debes tener en cuenta: no seas severo ni impaciente ni te detestes a ti mismo. ¿Cómo será que te muestres compasivo contigo mismo y conserves la flema con que el cirujano maneja el bisturí?. Puede que entonces descubras que eres maravillosamente capaz de amar el objeto de tu apego y disfrutar de él aún más que antes y, al mismo tiempo, disfrutar igualmente de cualquier otra cosa o persona.


Ésta es la piedra de toque para averiguar si lo que tienes es amor. Lejos de hacerte indiferente, ahora puedes disfrutar de todo y de todos como antes disfrutabas del objeto de tu apego. Ahora ya no hay más estremecimientos ni, consiguientemente, más sufrimiento ni incertidumbre. De hecho, podría decirse que disfrutas de todo y no disfrutas de nada, porque has hecho el gran descubrimiento de que aquello de lo que disfrutas, con ocasión de cualquiera cosas y personas, es algo que está en tu propio interior. La orquesta está dentro de ti, y la llevas contigo adondequiera que vayas. Las cosas y las personas exteriores a ti no hacen sino determinar la melodía concreta que la orquesta debe interpretar. Y cuando no hay nada ni nadie que atraiga tu atención, la orquesta tocará su propia música, porque no necesita ningún estimulante externo. Ahora llevas en tu corazón una felicidad que nada ajeno a ti puede darte ni arrebatarte.



Creadas originalmente por haideé iglesias

Y aquí radica la otra prueba del amor: ¿eres feliz sin saber por qué?. Pero ¿Es duradero ese amor? La verdad es que no hay garantía alguna de que lo sea, porque, aunque el amor no puede ser parcial, sí puede ser de duración limitada. El amor viene y se va en la medida en que tu mente está despierta y consciente o, por el contrario, se ha vuelto a dormir. Ahora bien, aún así, una vez que has probado eso que llaman "amor", sabrás que ningún precio es demasiado elevado y ningún sacrificio demasiado grande, ni siquiera la pérdida de ambos ojos o la amputación de una mano, cuando a cambio se puede obtener la única cosa en el mundo por la que merece la pena vivir.


Anthony de Mello


(El momento reflejado en las imágenes no necesariamente refleja toda la vida de los que han sido captados en ellas. Puede ser así o no).


¡Feliz fin de semana! Sin apegos ;)))

jueves, 14 de julio de 2011

Escucha tu voz interior


Creada originalmente por haideé iglesias

miércoles, 13 de julio de 2011

Explosión


Creada originalmente por haideé iglesias

De sinceridad, ya que una flor no puede fingir.

Hoy leyendo me encontré con el origen de la palabra sinceridad. El autor dice que esta palabra es muy interesante, y si, estoy de acuerdo con él. "Antaño los artistas utilizaban cera para ocultar las imperfecciones de las estatuas o contrucciones. Esta costumbre que data de la Edad Media, está en el origen de la palabra "sincera", que designaba entonces una obra sin trampa ni cartón o para el caso, sin cera."

Jean-François Vézina

Llevo tiempo hablando de la necesidad de ser honestos, sinceros. Cada una de las mentiras que contamos se acaba convirtiendo en un problema (y más las que son relevantes para una sana comunicación entre las personas más cercanas: familia, matrimonio, amistad, trabajo,...) por algo muy sencillo: la energía que se pone a funcionar en la memoria para recordar que mentimos se acaba convirtiendo en el mayor obstáculo para la libertad. ¿Cómo vamos a ser libres teniendo siempre que recordar la mentira que contamos? Una vez contada la primera mentira inevitablemente surgen muchas otras para encubrir esta, entonces nos vemos constantemente empujados a gastar una enorme energía para mantener esa memoria en activo lo que dificulta el espacio que necesitamos para poder pensar con claridad y sentirnos así libres.
Una vez metido en este cajón lo mejor es buscar el modo de salir de él. ¿Que se hará daño? Bien, ¿no se ha hecho ya daño sí mismo y a los demás? Se está pervirtiendo la comunicación dando una imagen de uno mismo falsa. Es posible que luego digamos que queremos mucho a esas personas. Mi propia experiencia, conmigo y con otros, me dice que eso es no quererse y por lo tanto esto es lo que está transmitiendo, y sobre todo a los hijos, mucho más vulnerables cuanto más pequeños, que crecerán con ese modelo y que repetirán a lo largo de su vida. Un cadena interminable si uno no hace nada por romperla. Muchos de nosotros estamos repitiendo el modelo paterno y materno. Y no sólo en pareja, también en todas las otras relaciones. Mas, es en la pareja que es más palpable porque imitamos el mismo modelo que recibimos de nuestros padres como pareja que fueron a su vez. Si mi padre era sumiso, yo seré sumiso-a. Si mi madre era dominante o protectora, yo seré protectora-or. Si no fui querida,-o no sabré querer. Buscando siempre modelos que repiten el patrón de un padre que no me quiso... Ya digo, interminable si uno no se pone a descubrir quien es.

Evidentemente algunas mentiras no son tan evidentes. Están encubiertas en los mensajes inconscientes que enviamos en el lenguaje no verbal. Pueden ser muy sutiles, pero están (uno puede estar manipulando sin saber que manipula, o si, y esto, entonces, puede considerarse más grave). Estas son las más difíciles de detectar por el propio emisor, pero no así para el receptor, ya que este siente que algo no va bien. Se siente empujado a hacer lo que no quiere hacer y por ello metido en una trampa. Os pongo un pequeño ejemplo que también aporta el mismo autor que ya he citado.

[…]"La conciencia de sí mismo y la flexibilidad son por tanto elementos oportunos a la hora de tender nuestros puentes. Los puentes excesivamente rígidos, basados en creencias obsoletas o falsas, corren el riesgo de hundirse a la primera de cambio o de no juntarse nunca con la parte del otro lado. Variar nuestras formas de comunicarnos, revisar y confrontar nuestras creencias, permite entonces producir grandes cambios.
Para conseguirlo puede ser útil observar la manera en que están construidos los mensajes que enviamos. Por ejemplo, cuando Ariane formula sus peticiones siempre empieza preguntando a Vincent: "Qué quieres hacer hoy? ¿Te apetece ir al cine? ¿Quieres ir a patinar? ¿Quieres ir en bici? Lo que acaba por exasperar al interpelado.
Este modo de proceder, aparentemente banal, traduce una profunda falta de confianza y de conciencia de sí misma por parte de Ariane. Ella mantiene secretamente la creencia de que tiene poco que ofrecer y de ahí que primero se informe sobre los deseos del otro cuando se comunica, como si no estuviera conectada a ella misma. Utiliza rodeos para transmitir sus mensajes. Preguntar a Vincent si tiene ganas de ir al cine es para ella una manera de decirle: "Quisiera pasar un rato contigo" y "me apetece distraerme viendo una buena película", pero también, y de un modo más sutil, "quisiera que desearas pasar un rato conmigo". Es este puente oculto, esta petición soterrada, lo que contribuye en parte a la sensación de sofoco de Vincent, que se siente atrapado en una trampa cada vez que no puede satisfacer las expectativas de su compañera.
Tener ganas de ir al cine es una necesidad particular de Ariane, mientras que pasar un rato juntos es un puente tendido hacia Vincent, que él se libre de aceptar o no. De hecho, tenemos que construir nuestros puentes hacia el cielo, pues no tenemos poder sobre los deseos de los demás.
Desafortunadamente, muchas de nuestras peticiones son subyacentes e irrealizables por los demás. Entonces hay que volverse hacia uno mismo y desarrollar primero el gusto por llevar a cabo actividades en solitario.
La solidez de nuestros puentes de comunicación no depende de su rigidez, sino de su flexibilidad: han de poder moverse bajo la presión del viento y afrontar múltiples fenómenos meteorológicos. [...]".

Jean-François Vézina

"Todos nuestros fracasos son fracasos de la imaginación". Dansereau.

martes, 12 de julio de 2011

Vivas


Creada originalmente por haideé iglesias

Ella vuela.
Yo escucho.
Las dos,
vivas...

lunes, 11 de julio de 2011

Árboles igual a nubes. Sensibilidad y empatía


Creada originalmente por haideé iglesias

Si, una fotografía tomada desde un lugar en el que se contempla parte de la ciudad y su entorno natural. Contraste ciudad-naturaleza. Y con el día nublado. También en verano hay días nublados.
Nubes producidas por la respiración de los árboles.

Un roble adulto produce 600 litros de agua en un día. 25 litros por hora. Absorbe el 90% por las raíces y lo devuelve en forma de vapor por los poros de las hojas. Así lo he leido en la exposición de "La Caixa" (que también me he enterado es la única caja que no tiene deudas) cuyo nombre es "El bosque. Mucho más que madera". Comprender la importancia de la naturaleza, de cada una de sus interacciones; de la necesaria diversidad que teje una red de vida para que todos podamos vivir...

Y la lombriz que a lo largo de sus 16 años de vida aprovecha el 40% como nutriente y el resto (60%) lo aporta como humus... Y que pocos de nosotros sentimos esto como milagroso viviendo tan desconectados de la naturaleza que sólo la vemos a través de la utilidad y el miedo... Así nos han enseñado desde esta cultura que tanto ha atrofiado las emociones...

Habituados como estamos al sentido material (práctico), a darle utilidad a todo, precisamente por ese sentido material, que no espiritual (insisto, espiritual no tiene necesariamente que ser sinónimo de religioso), sensible, para ser más concreta en el término, no sentimos el inmenso regalo que constantemente recibimos. ¿Acaso podríamos vivir sin el aire que respiramos? No.
Si, sé que hay personas que hacen alarde de que si pueden, pero esto está entroncado con el aspecto espiritual no con el material. Aquellos que conocen los ámbitos sutiles demuestran que después de ser enterrados vivos durante meses, cuando salen están vivos y muy saludables.
Pero nosotros no tenemos ni idea de esto, y por lo tanto necesitamos respirar aire, el aire de este planeta, el cual es producido por la vegetación y mayormente por los árboles.
A mi me ha parecido impresionante esos 25 litros por hora... en vapor, ese vapor que hace posible las nubes... y la humilde lombriz..

El bosque respira, si. Y palpita. Y la naturaleza sabe qué es lo que hace. Son millones de años haciendo de este planeta vida. Y si, también muerte. Es necesaria la muerte. ¿Te imaginas que nada muriera, que nadie muriera? ¿Cabría todo en el planeta? A la mayoría de nosotros el sentido material no nos permite sentir, ni tan siquiera pensar o hacernos este tipo de preguntas. ¿Cómo vamos a tomar conciencia de la necesidad de cuidar más la naturaleza y de plantar más bosques, que no sólo árboles, para que la biodiversidad la (vida) siga su curso? Si, hay muchos que plantan árboles pero no respetan ni entienden lo que es el bosque. Lo he vivido de cerca y sé lo difícil que es hacer entender que la naturaleza no es un enemigo... Sólo los plantan con sentido de utilidad... El bosque palpitando y nosotros sordos a su regalo...

Y no son menos sordos quienes hacen hincapíe una y otra vez sobre lo negativo. ¿Acaso a ellos les gusta que les señalen constantemente lo que hacen mal? ¿Cómo se sienten cada vez que alguien se lo dice? Y sobre todo si lo dice de modo agresivo, cínico o insultante.
Sensibilidad. Si. Es díficil deshacerse de la coraza, y muchos de nosotros actuamos así porque no conocemos un modo mejor de comunicarnos. Y en vez de aprender a hacerlo seguimos proyectando hacia los otros. Ellos son los malos, nosotros los buenos. Y así dividido el mundo no salimos de la cárcel. Y la primera es la propia. ¿Cómo vamos a sentir el milagro que significa poder estar vivos? Plenamente vivos.
Y para estar vivo, en vez de juzgar, ponerse en el lugar del otro. Y no lo leas y des por hecho que ya lo sabes hacer. Haz todo lo posible por sentir como siente el otro. O como piensa. O que motivos puede tener para hacer lo que hace... Pero házlo. No sólo lo pienses y luego a la primera oportunidad se te olvide que es sentir. Y sigas ¿presumiendo? de que sabes mucho porque lees, porque te lo han dicho, etc.. No. Experimentalo tú. De primera mano. Recuerda lo que sentiste cuando hiciste algo mal y alguien (que no sabia hacerlo mejor) hizo que te sintieras culpable... ¿Por qué entonces no logras conectar con lo que el otro puede sentir al sucederle lo mismo, algo parecido o, aunque sea distinto? ¿Por qué?
¿Por qué te pasas el día leyendo aquello que no te aporta más que lo mismo que ya conoces? ¿Por qué no dejas que la incertidumbre te barra las creencias en las que sustentas todo lo que crees ser?
Maya, siempre haciendo de las suyas :). Si, el ego, también se puede llamar así.
¿Serás capaz de responder desde el corazón y por lo tanto con honestidad y/o autenticidad?
Lo eres, no te quepa duda, sólo que es posible que desconozcas como hacerlo. O ya lo sabes pero no te atreves... Sigue imperando la razón (maya) pues... Aún así, sé que puedes.

Estupenda vista ¿verdad? Son tan agradables los paseos por este lugar...

viernes, 8 de julio de 2011

Sin resistencia


Creada originalmente por haideé iglesias

Dócil, nace y crece suavemente, imperceptible para los ojos el movimiento de su desarrollo, mas, vive y genera vida, esa vida que a todos nosotros nos sustenta y que a muchos les sucede sin darse cuenta.
Toma conciencia de este hecho, siente la vida que te alimenta sin tu control... Sentir, si. El corazón late sin tu voluntad... Respiras, y no es por tu voluntad... Sentir es estar conectado a la vida, esa que nos alimenta con todo lo que la naturaleza ofrece. Sentir es ser uno con ella y comprender la incuestionable necesidad de preservarla.
¡Feliz y sintiente fin de semana!

jueves, 7 de julio de 2011

Amaneciendo










Creadas originalmente por haideé iglesias

Un inmenso regalo...
Después de tanto tiempo es ahora que sé que en Gijón, en estos meses, el sol sale del mar... y sin necesidad de desplazarse a ningún lugar alto... se puede disfrutar de tal hecho desde la playa...
Cuan ignorante soy... cuanto...

miércoles, 6 de julio de 2011

Eso que llamamos egoísmo


Creada originalmente por haideé iglesias

No puedo –ni quiero– obligarte a leer, pero si lo haces es posible que aprendas algo importante.

Si, el egoísmo es una de esas emociones con las que pocos solemos identificarnos por estar considerada como negativa. Y que sin embargo está pegada a nosotros, si, pegada, es un buen modo metafórico de decirlo. Aunque si consideramos seriamente los pensamientos como algo cambiante, podríamos cambiar ese estar pegados a, por ejemplo, ¿por qué necesito yo estar pegado a esa emoción? Y si vamos tirando del hilo con paciencia podríamos encontrar el porqué.

En mi caso, hace mucho tiempo descubrí cual era la emoción principal que la sustentaba: el miedo. El miedo, si. La emoción que está en el sustrato de la mayoría de las emociones que nos movilizan –en nuestra contra y en contra de los demás– hacia comportamientos insalubres es el miedo.

El egoísmo, principalmente no nos deja escuchar al otro. Escucharlo sin juzgarlo, tan sólo escuchar para percibir que hay tras ese comportamiento. Si, comportamiento, porque este es el resultado final de la emoción que rige la conducta. Y, no se puede disociar lo que pensamos de cómo actuamos. Yo puedo sentirme muy generoso, pero si muchas personas se quejan de mi comportamiento egoísta, he de preguntarme si puede ser cierto. ¿Qué es lo que no encaja? Esto es algo que no suele hacer una persona con egoísmo y no lo hace porque le es imposible –tal como son sus reacciones de reactivas– darse tiempo para pararse y sopesar lo que el otro le está diciendo. Eso que dicen de contar hasta 10. Algunos mejor cuentan hasta 100 :)))
Cuando el dialogo se desarrolla entre dos personas egoístas la comunicación es imposible. Si, literalmente imposible. Ya que cada uno de ellos busca culpar al otro y así sus reacciones reactivas les hace ponerse a la defensiva. Y una vez uno se ha puesto a la defensiva no está capacitado para escuchar como sería saludable para la fluidez del diálogo, llegando así al entendimiento. Entendimiento no quiere decir cambiar de opinión necesariamente, sino comprender. Comprender lo que el otro dice y por qué lo dice. Además, en estos desencuentros, se suele gastar muchísima energía, ya que cuando uno se defiende siente que le están atacando y ya sabemos que ocurre cuando nos sentimos atacados. Respondamos con ira, manipulando, corriendo, o disimulando... y otras muchas acciones. Y, si, repito, el atacante está igualmente a la defensiva, sino ¿por qué reaccionar atacando en una conversación?
Existe el dicho: "Si cuatro te dicen que pareces un caballo, cómprate una silla de montar". Si, es muy saludable cuestionarse a uno mismo y así poder ponerse en el lugar del otro, algo muy necesario para que en una conversación, de cualquier tipo, se consiga construir, que no destruir, que es lo que normalmente se hace cuando no hay comunicación a pesar de las muchas palabras que se puedan decir. Todas estas palabras no son creativas, más bien son ladrillos que se arrojan hacia el otro para derrotarlo, que no escucharlo. Esto ayuda a abrir la mente –no, los ladrillos no, sino el ponerse en el lugar del otro :)– o la corriente de pensamientos, como me gusta llamar últimamente a la mente con la que pensamos, a otros nuevos, con lo que uno se enriquece inevitablemente. Porque el que escucha sabe :) Usamos muchos clichés que ni sabemos que lo son... ¿nos hemos preguntado alguna vez por qué creemos a pie juntillas todo lo que pensamos y porqué damos por hecho que esas ideas o creencias forman parte de eso que consideramos nuestra personalidad? ¿Por qué decimos "a mi no me cambia nadie"? Esto forma parte de ser egoísta. ¿Veis la emoción de fondo? Y mejor aún: ¿la sentís? Si se llega a sentir esa emoción, considero que se está en el camino de la curación.

Escuchar. Una hermosa palabra que casi nadie entiende.
Cuando yo aprendí a escuchar comprendí las muchas ocasiones en las que no lo había hecho pensando que si.
Escuchar es estar atento a lo que el otro dice. Sin que produzcamos palabras e ideas en nuestra corriente de pensamiento. Si, en silencio. Y si no conseguimos entender lo que el otro nos dice, preguntarle. Darle la oportunidad de explicarse cuantas veces sean necesarias. ¿Cuántos de vosotros lo hacéis así?
¿Percibís la emoción del miedo como sustento de eso que llamamos egoísmo?

¿Realmente somos egoístas o tan sólo es ignorancia del porqué nos comportamos tal como lo hacemos?

No hay puertas cerradas. Sólo corazones y mentes que ignoran como abrirse, o quizá sería mejor decir, como estar siempre abiertos (receptivos) :)
¡Feliz día!

martes, 5 de julio de 2011

Armonía


El sabio empieza con oposición y acaba en armonía. Los locos empiezan en la diversión y acaban en la tristeza.

El Tao de la política ( sobre la paz)


Creadas originalmente por haideé iglesias

Normalmente la gente siempre cree que tiene razón, pero cuando pasan a la práctica, lo que creían era correcto puede resultar ser incorrecto. Ahí radica la diferencia entre la locura y la sabiduría.

El Tao de la política (sobre la paz)

lunes, 4 de julio de 2011

Pespuntes



Tachonando el cielo y mi alma...


Creada originalmente por haideé iglesias

viernes, 1 de julio de 2011

Ampliar la mirada (y a vueltas con el que dirán)



Si, ampliar la mirada para darse cuenta de que yo (o los demás) no soy (son) el enemigo. El mayor enemigo siempre es uno mismo al aferrarse a las creencias -sean estas racionales o emocionales- que en su momento fueron útiles, pero que no necesariamente tienen que seguir siendolo. Cuestionarlas es vital para despertar de la ilusión en la que vivimos.
¿Acaso seguimos pisando el pedal del freno cuando ya pasó la circunstancia que requeria de tal acción? Entonces, ¿por qué seguir frenándonos a nosotros mismos?


Creadas originalmente por haideé iglesias

Ahora bien, cuando se deje de frenar procurar ir siempre a favor, nunca en contra. Es así como la energía fluye. Si no se estanca y por ello se repiten siempre las mismas pautas de comportamiento. ¿Qué sientes cuando alguien te empuja? Si no te gusta, ser empujado, ¿por qué empujas tú a los demás? ¿Qué sientes cuando percibes que te están mintiendo? Entonces ¿por qué utilizas tú la mentira? Y esto es así para todos.
Nos insuflamos mucho cuando se trata de pedir castigo (que poco me gusta esta palabra) pero no es asi cuando hemos sido nosotros los que realizamos algo que juzgamos en esos otros para los que pedimos castigo...
Somos muy perfeccionistas, si, menos cuando se trata de hacer nosotros aquello que no sabemos y no nos sale tan bien como se lo exigimos a los demás... Vaya... Así pues, la perfección tiene el filtro de la subjetividad... Y... al juzgar a otros tan duramente pensamos que así vamos a ser juzgados... Vaya, de nuevo :))) Si es que todo lo componemos nosotros... Otra vez las creencias... y que derroche de imaginación en nada productivo... Qué infierno ¿verdad? ¿Cómo no va a preocuparnos el que dirán? ;))) Siempre con ese verdugo preparado para dejar caer la espada... o guillotina... Mas... no hay más verdugo que ese ir y venir pensando, todo el día pensando sin encontrar un espacio para el silencio, el sosiego... la libertad...
Mira a ver que hay entre pensamiento y pensamiento... detente... escucha... escucha... escucha... ¡qué felicidad en ese silencio!
Atención, atención, atención...

Y de nuevo cuidado con los cantos de sirena de los halagos, las alabanzas y sobre todo las adulaciones... ;)))
¡Buen fin de semana! :)

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