lunes, 28 de marzo de 2011

Sombras, líneas y luces más, víctimas y perpetradores


Una víctima no ha de callar nunca.
Restituirle el poder a la víctima siempre.

Esta entrada puede herir susceptibilidades.
El texto en cursiva es de mi autoría.

Se bien lo que es el sufrimiento que aquí menciono.
Subo estos párrafos de un libro sobre esta temática con la intención de que despertemos a cuanto sucede delante de nuestras narices y a lo que no siempre prestamos la atención necesaria.
No soy partidaria de jugar con los sentimientos de las personas haciéndolas sentirse culpables. Comprendí hace mucho tiempo que así no se logra lo necesario, bajo mi punto de vista.
Lo que aquí propongo es que os toméis un tiempo para suscitar en vuestro interior ese interés de la persona verdaderamente sensibilizada ante los actos que tanto daño causan a nuestro alrededor; reconocer -aún en nosotros mismos- cómo se comporta el maltratador. En muchos casos sólo es una cuestión de grado -aunque también tiene importancia la capacidad de asumir que uno tiene rasgos que se acercan a tal perfil- mas, sigue siendo maltrato.
También para despertar a aquellas personas que pueden estar siendo víctimas y no son conscientes de ello.
El que muchos de nosotros no sepamos querernos también influye en la mayor facilidad para que se sea presa fácil de estas personas. Unas veces podrás separarte rápido, otras no. Cuanto más se sepa de como actúan, mucho mejor, porque así los identificaremos y se podrá poner coto a sus desmanes y comportamientos dañinos. Siendo también muy importante el conocerse a uno mismo para saber cuales son los puntos vulnerables de los que rápidamente toman cuenta los maltratadores y/o perpetradores.

Habrá personas más fuertes -aún en sus vulnerabilidad- que les podrán hacer frente o al menos no sucumbir a sus lavados de cerebro mas, la mayoría es presa fácil por su baja autoestima y conflictos emocionales, o por otros muchos factores. Pudiendo convertirse a su vez en maltratador, aún siendo víctima.
Una de las características principales de un manipulador, maltratador, perpetrador o torturador. acosador es que son personas muy comunes. ¿Cuántas palabras-etiquetas para hablar de estas personas, verdad?. Y, es común a todos ellos -para mi- el trastorno narcisista de la personalidad, pero no sólo.

(El título del libro del que he extraído este texto es "Trauma y recuperación" Autora: Judith Herman)

[...]"Es algo normal reconocer que existe la cautividad política, mientras que la cautividad doméstica de las mujeres y de los niños suele pasar inadvertida. El hogar de un hombre es su castillo y rara vez se entiende que este pueda ser una prisión para las mujeres y los niños. En la cautividad doméstica son infrecuentes las barreras físicas de las que se debe escapar. En la mayoría de los hogares, incluso en los más opresivos, no hay barrotes en las ventanas ni cercas de alambre de púas. Normalmente no se encadena a las mujeres y a los niños, aunque esto ocurre con más frecuencia de lo que podemos imaginar. En general, las barreras son invisibles, pero, no obstante, son muy poderosas. Los niños son hechos cautivos gracias a su condición de dependencia. Las mujeres, por su subordinación económica, social, psicológica y legal, así como por la fuerza física.

La cautividad que hace que la víctima esté en continuo contacto con el perpetrador crea un tipo especial de relación, una relación de control coercitivo. Esto se aplica tanto a las víctimas que son tomadas cautivas, como a las víctimas hechas prisioneras mediante una combinación de fuerza, intimidación y seducción, como en el caso de los miembros de sectas religiosas, mujeres maltratadas y niños abusados. El impacto psicológico de la subordinación al control coercitivo puede tener muchos rasgos en común tanto si dicha subordinación ocurre dentro de la esfera pública de la política como si se enmarca dentro de la esfera privada de las relaciones sexuales y domésticas.
En situaciones de cautividad, el perpetrador se convierte en la persona más poderosa en la vida de la víctima, y la psicología de esta se ve moldeada por las acciones y creencias del perpetrador. Se sabe poco sobre la mente de este. Como desprecia a aquellos que pretenden entenderle, no se presta voluntario a ser estudiado, y como no reconoce que haya algo malo en él, no pide ayuda a menos que tenga problemas con la ley. Su rasgo más destacable, según el testimonio de las víctimas y la observación de los psicólogos, es su aparente normalidad. Los conceptos normales de la psicopatología no consiguen ni definirle ni comprenderle.
Esta idea resulta perturbadora para la mayoría de la gente. Sería mucho más reconfortante que el perpetrador fuera fácilmente reconocible, y resultara evidente que está perturbado. Pero no lo está. La académica del Derecho Hannah Arendt provocó un escándalo cuando divulgó que Adolf Eichmann, un hombre que había cometido terribles crímenes contra la humanidad, había sido definido como una persona normal por media docena de psiquiatras. "El problema con Eichmann es precisamente que había muchas personas como él, y que esos muchos no eran ni pervertidos ni sádicos y eran, y siguen siendo, terriblemente y terrorificamente normales.
El perpetrador puede ser autoritario, reservado y en ocasiones soberbio, e incluso paranoico, pero también es exquisitamente sensible a las realidades del poder y de las normas sociales. Rara vez se mete en líos con la ley; más bien busca situaciones en las que su comportamiento tiránico sea tolerado, perdonado o incluso admirado. Su forma de vida le sirve de excelente camuflaje, ya que hay pocas personas que crean que hombres con un aspecto tan convencional puedan cometer crímenes horrendos.
El primer objetivo del perpetrador es la sumisión de su víctima, y consigue este objetivo ejerciendo un despótico control sobre su vida. Sin embargo, rara vez se siente satisfecho con el mero cumplimiento de su objetivo. Parece tener la necesidad psicológica de justificar sus crímenes, y para ello necesita la reafirmación de su víctima y exige repetidamente que esta le demuestre respeto, gratitud o incluso amor. Su verdadero objetivo parece ser la creación de una víctima complaciente. Rehenes, prisioneros políticos, mujeres maltratadas y esclavos, todos ellos han destacado la curiosa dependencia que tiene el apresador hacia sus víctimas. [...] El deseo de tener el control absoluto sobre otra persona es el denominador común en todas las formas de tiranía. Los gobiernos totalitarios exigen la convención política de sus víctimas; los traficantes de esclavos, la gratitud de los esclavos; las sectas religiosas, sacrificios rituales como símbolo de sumisión a la voluntad divina de su líder; los delincuentes sexuales, que sus víctimas encuentren la satisfacción sexual en la sumisión. El control absoluto sobre otra persona es la dinámica de poder que sustenta la pornografía. El atractivo sexual que tiene esta fantasía sobre millones de hombres terrorificamente normales es la base de una industria que abusa de mujeres y niños, y no en la fantasía, sino en la realidad. "[...]

[...]"Los métodos para obtener control sobre otra persona se basan en infligir el trauma psicológico de forma sistemática y repetitiva. Son técnicas organizadas de debilitamiento y desconexión. Los métodos de control psicológico están pensados para causar terror e indefensión y para destruir el sentido del yo de la víctima en relación con los demás" [...]

[...] El miedo también puede verse multiplicado por explosiones inexplicables e impredecibles de violencia y por la aplicación caprichosa de reglas mezquinas. El efecto de estas técnicas es convencer a la víctima de que el perpetrador es omnipotente, que resistirse es inútil y que su vida depende de que gane su indulgencia a través de la sumisión más absoluta. El objetivo del perpetrador es crear en la víctima no sólo miedo a la muerte, sino también gratitud porque se le permite seguir viva.Los supervivientes de la cautividad doméstica y política a menudo describen ocasiones en las que estaban convencidas de que iban a morir para que las salvaran sólo en el último momento. Después de varios ciclos de verse amenazados por una muerte segura y luego salvase de ella, la víctima puede llegar a pensar que, paradojicamente, su captor es su salvador. [...]

[...]["En los prisioneros políticos que no han estado totalmente aislados, la maligna relación con el perpetrador puede verse mitigada por la relación que han mantenido con las personas que han compartido su destino. Los prisioneros que tenido la suerte de relacionarse con otros conocen la generosidad, el valor y la devoción que nace en algunas personas cuando viven situaciones extremas. La capacidad de crear vínculos fuertes no queda destruida ni siquiera en las condiciones más diabólicas: la amistad nació incluso entre prisioneros de los campos de exterminio nazis."[...]


[...]" Sin embargo, entre prisioneros aislados que no tenían la oportunidad de unirse a otras personas que estuvieran en sus mismas condiciones, ese vínculo puede crearse entre la víctima y el carcelero, y esta relación se puede malinterpretar como la "unidad básica de supervivencia". Éste es el "vínculo traumático" que se crea entre los rehenes, que llegan a considerar que sus secuestradores son sus salvadores, y a temer y odiar a sus rescatadores. Martin Symonds, psicoanalista y agente de policía, describe este proceso como una regresión forzosa al "infantilismo psicológico" que "obliga a las víctimas a aferrarse a la misma persona que está poniendo en peligro su vida".
El mismo vínculo traumático puede tener lugar entre la mujer maltratada y su abusador. La experiencia repetida del terror e indulto, especialmente dentro del contexto aislado de una relación amorosa, puede derivar en un sentimiento de intensa dependencia y adoración en una autoridad todopoderosa y casi divina. La víctima puede vivir aterrorizada por la cólera de su perpetrador, pero también puede considerarla la fuente de la fuerza y de la vida, y hasta pensar que es su guía. La relación puede convertirse en algo muy especial. Algunas mujeres maltratadas hablan de entrar en un mundo exclusivo, casi fantástico, de comulgar con el grandioso sistema de creencias de su pareja y de suprimir voluntariamente sus propias dudas como prueba de su lealtad y sumisión. Algunas personas que han entrado en sectas religiosas hablan con frecuencia de experiencias parecidas."[...]


..."En cada encuentro se cuestiona la confianza básica. Para el prisionero liberado sólo hay una historia: la de la atrocidad. Y tan sólo hay un número limitado de roles: uno puede ser un secuestrador, un testigo pasivo, un aliado o un rescatador. Cada relación nueva o vieja lleva implícita la pregunta. ¿De qué lado estás? La víctima reserva su mayor desprecio no para el perpetrador, sino para el testigo pasivo. Una vez más escuchamos la voz de la prostituta Lovelace despreciando a aquellos que no intervinieron: "La mayoría de la gente no sabe lo duramente que la juzgo porque no digo nada. Lo que hago es borrarlos de la lista. Estos hombres tuvieron la posibilidad de ayudarme y no respondieron". El prisionero político Timerman expresa la misma amargura y sensación de abondono: "El holocausto no será recordado tanto por el número de víctimas sino por la magnitud del silencio. Y lo que más me obsesiona es la repetición del silencio."...


[...] "Por este motivo, el perpetrador pretende aislar a su víctima de cualquier otra fuente de información, ayuda material o apoyo emocional. [...]

Testimonio de una víctima.
[...] "Primero la convenció de de que rompiera sus vínculos con sus padres: "Le seguí la corriente. Mientras digo estas palabras me doy cuenta de que tragué demasiadas cosas en esos tiempos [...] Nadie me estaba forzando, todavía no. Todo fue suave y gradual: primero un pequeño paso, luego otro [...] Empezó tan poco a poco que no me dí cuenta de que seguía un patrón hasta mucho más tarde."[...]

[...] "A medida que la víctima va quedando cada vez más aislada, depende más y más del perpetrador, no sólo para su supervivencia y sus necesidades corporales básicas, sino también para obtener información e incluso sustento emocional. Cuanto más asustada está, más tentada se siente a aferrarse a la única relación que le está permitida, la relación con su captor. En ausencia de cualquier otra conexión humana, intentará encontrar la humanidad en él"[...]

[...] "Sin embargo, en los abusos domésticos la víctima va haciéndose prisionera poco a poco, a través del cortejo. Una situación análoga la encontraremos en la técnica de reclutamiento de "bombardeo de amor" utilizada en algunos cultos religiosos" [...]


[...] "La mujer que está emocionalmente involucrada con un maltratador interpreta en un principio su posesión como una muestra de amor apasionado. Puede que al principio se sienta halagada y reconfortada por el intenso interés que muestra hacia su cada aspecto de su vida. A medida que él se va haciendo más dominante, ella disculpa o minimiza su comportamiento, no sólo porque le teme, sino también porque siente algo más por él. Para evitar desarrollar la dependencia emocional de un rehén tendrá que llegar a tener una visión nueva e independiente de su situación, en activa contradicción con el sistema de valores de su abusador. No sólo tendrá, que evitar desarrollar la empatía con su abusador, sino que también tendrá que borrar el cariño que siente por él. Tendrá que hacerlo a pesar de los persuasivos argumentos del maltratador de que sólo un sacrificio más, una prueba más de su amor, terminará con la violencia y salvará la relación. Como la mayoría de las mujeres alimentan su orgullo y su autoestima con su capacidad para mantener las relaciones, el maltratador podrá con frecuencia atrapar a su víctima apelando a sus valores más apreciados. Por lo tanto, no resulta sorprendente que a las mujeres maltratadas se las pueda convencer con frecuencia de volver después de haber huido de sus abusadores"[...]


Creadas originalmente por haideé iglesias

A pesar de todo esto, hay personas que son capaces de no sucumbir a tal acoso. Dependerá de la persona, del tipo de acción y del perpetrador. En mi caso, tanta tortura (y la que se ejerció sobre mi se sale de los todos estás formas, aunque también están) me hizo despertar y darme cuenta de que el miedo es el mayor enemigo y en ese momento comenzó a transformarse todo. No fue de inmediato. Se fueron abriendo puertas para que pudiera comprender. Y el yo, ese yo lleno de miedo a perder algo como una identidad se desvaneció y comenzó una nueva etapa hacía la trascendencia. Repito que son mis circunstancias personales, afines en muchos aspectos a las de otras víctimas más, mi camino era el despertar y el amor. No quedarme en el sufrimiento o el odio, sino trascenderlo.

Siento de veras que haya aún personas que no hayan podido superar el odio que sienten hacia los perpetradores. Es necesario comprender que ese odio le mantiene sujeto a todo lo sucedido, no pudiendo curar, algo tan necesario y benéfico para su salud y la del mundo.
Hago todo aquello que está a mi alcance para que no se queden ahí. Espero que esa persona (un varón que habita aquí en Asturias a 14 km. de Gijón), la que más daño me ha hecho por haberme bloqueado, cese en su empeño para que así pueda seguir ayudando a tantas personas necesitadas de amor, comprensión, apoyo y compasión.

Ese mismo odio es el que hace que estos perpetradores se comporten como lo hacen. Es un mecanismo de defensa. Complejo de entender y de trascender, pero no imposible.

En ocasiones se confunde la belleza con el sufrimiento. Complejidades humanas. Esclavos de nuestras confusiones, condicionamientos, creencias e interpretaciones.
En otros casos, algunos tienen el convencimiento, tristemente, de que han de despreciar a quien les ama, y que si alguien los desprecia es merecedor de su amor. Algo que les viene muy bien a quienes no tienen ningún interés en comprometerse y si en aprovecharse de tal circunstancia.

Todos hacemos la sociedad. Y esto es bastante más acertado, para mi, que cuando se afirma que es la sociedad la que nos hace a nosotros, aunque también.
Larga entrada ¿eh? :)))
¿Piensas que ha merecido la pena? No te sientas obligado a responder, hazlo sólo si te sale del alma y/o corazón.
Gracias de nuevo :)

3 comentarios:

  1. Haidee, vengo a tu blog como un guía espiritual y me gusta la fotografía. Mi Inglés no habla bien, es mi segundo idioma y aún sumergirse en ella. Que a veces me es difícil expresarme.

    Me encanta la fotografía. Me encantan estas fotografías y cómo se haya podido abrazar las sombras. Me gustan las líneas y formas geométricas. Es muy impresionante. Siempre despierta mi imaginación. Y si me mudo a veces, siempre estoy presente.

    Creo que usted es muy amable y la persona especial.

    Un abrazo.

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  2. Mi corazón agradece esta valiosa información que me mueve a unirme a grupo de mujeres que trabajen por los niños ,mujeres y hombres victimas sin saberlo de algún perpetrador,yo lo he sido desde mi niñez y reacciono ahora que casi soy abuela,pero gracias a el apoyo espiritual que siempre he buscado y recibido he logrado salir sana y fortalecida.gracias.

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Qué el amor ilumine tu inteligencia y abra tu corazón para que las palabras que pronuncies conviertan el mundo en un lugar mejor :)
Sin mentir, encontrarás la luz del amor con más facilidad.
Siente la vida, siéntete a ti mismo, y di lo que sientes, sintiendo lo que dices
La paz es el camino y la humildad sus pies -.-

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