miércoles, 13 de julio de 2011

Explosión


Creada originalmente por haideé iglesias

De sinceridad, ya que una flor no puede fingir.

Hoy leyendo me encontré con el origen de la palabra sinceridad. El autor dice que esta palabra es muy interesante, y si, estoy de acuerdo con él. "Antaño los artistas utilizaban cera para ocultar las imperfecciones de las estatuas o contrucciones. Esta costumbre que data de la Edad Media, está en el origen de la palabra "sincera", que designaba entonces una obra sin trampa ni cartón o para el caso, sin cera."

Jean-François Vézina

Llevo tiempo hablando de la necesidad de ser honestos, sinceros. Cada una de las mentiras que contamos se acaba convirtiendo en un problema (y más las que son relevantes para una sana comunicación entre las personas más cercanas: familia, matrimonio, amistad, trabajo,...) por algo muy sencillo: la energía que se pone a funcionar en la memoria para recordar que mentimos se acaba convirtiendo en el mayor obstáculo para la libertad. ¿Cómo vamos a ser libres teniendo siempre que recordar la mentira que contamos? Una vez contada la primera mentira inevitablemente surgen muchas otras para encubrir esta, entonces nos vemos constantemente empujados a gastar una enorme energía para mantener esa memoria en activo lo que dificulta el espacio que necesitamos para poder pensar con claridad y sentirnos así libres.
Una vez metido en este cajón lo mejor es buscar el modo de salir de él. ¿Que se hará daño? Bien, ¿no se ha hecho ya daño sí mismo y a los demás? Se está pervirtiendo la comunicación dando una imagen de uno mismo falsa. Es posible que luego digamos que queremos mucho a esas personas. Mi propia experiencia, conmigo y con otros, me dice que eso es no quererse y por lo tanto esto es lo que está transmitiendo, y sobre todo a los hijos, mucho más vulnerables cuanto más pequeños, que crecerán con ese modelo y que repetirán a lo largo de su vida. Un cadena interminable si uno no hace nada por romperla. Muchos de nosotros estamos repitiendo el modelo paterno y materno. Y no sólo en pareja, también en todas las otras relaciones. Mas, es en la pareja que es más palpable porque imitamos el mismo modelo que recibimos de nuestros padres como pareja que fueron a su vez. Si mi padre era sumiso, yo seré sumiso-a. Si mi madre era dominante o protectora, yo seré protectora-or. Si no fui querida,-o no sabré querer. Buscando siempre modelos que repiten el patrón de un padre que no me quiso... Ya digo, interminable si uno no se pone a descubrir quien es.

Evidentemente algunas mentiras no son tan evidentes. Están encubiertas en los mensajes inconscientes que enviamos en el lenguaje no verbal. Pueden ser muy sutiles, pero están (uno puede estar manipulando sin saber que manipula, o si, y esto, entonces, puede considerarse más grave). Estas son las más difíciles de detectar por el propio emisor, pero no así para el receptor, ya que este siente que algo no va bien. Se siente empujado a hacer lo que no quiere hacer y por ello metido en una trampa. Os pongo un pequeño ejemplo que también aporta el mismo autor que ya he citado.

[…]"La conciencia de sí mismo y la flexibilidad son por tanto elementos oportunos a la hora de tender nuestros puentes. Los puentes excesivamente rígidos, basados en creencias obsoletas o falsas, corren el riesgo de hundirse a la primera de cambio o de no juntarse nunca con la parte del otro lado. Variar nuestras formas de comunicarnos, revisar y confrontar nuestras creencias, permite entonces producir grandes cambios.
Para conseguirlo puede ser útil observar la manera en que están construidos los mensajes que enviamos. Por ejemplo, cuando Ariane formula sus peticiones siempre empieza preguntando a Vincent: "Qué quieres hacer hoy? ¿Te apetece ir al cine? ¿Quieres ir a patinar? ¿Quieres ir en bici? Lo que acaba por exasperar al interpelado.
Este modo de proceder, aparentemente banal, traduce una profunda falta de confianza y de conciencia de sí misma por parte de Ariane. Ella mantiene secretamente la creencia de que tiene poco que ofrecer y de ahí que primero se informe sobre los deseos del otro cuando se comunica, como si no estuviera conectada a ella misma. Utiliza rodeos para transmitir sus mensajes. Preguntar a Vincent si tiene ganas de ir al cine es para ella una manera de decirle: "Quisiera pasar un rato contigo" y "me apetece distraerme viendo una buena película", pero también, y de un modo más sutil, "quisiera que desearas pasar un rato conmigo". Es este puente oculto, esta petición soterrada, lo que contribuye en parte a la sensación de sofoco de Vincent, que se siente atrapado en una trampa cada vez que no puede satisfacer las expectativas de su compañera.
Tener ganas de ir al cine es una necesidad particular de Ariane, mientras que pasar un rato juntos es un puente tendido hacia Vincent, que él se libre de aceptar o no. De hecho, tenemos que construir nuestros puentes hacia el cielo, pues no tenemos poder sobre los deseos de los demás.
Desafortunadamente, muchas de nuestras peticiones son subyacentes e irrealizables por los demás. Entonces hay que volverse hacia uno mismo y desarrollar primero el gusto por llevar a cabo actividades en solitario.
La solidez de nuestros puentes de comunicación no depende de su rigidez, sino de su flexibilidad: han de poder moverse bajo la presión del viento y afrontar múltiples fenómenos meteorológicos. [...]".

Jean-François Vézina

"Todos nuestros fracasos son fracasos de la imaginación". Dansereau.

1 comentario:

  1. Interesante tu entrada. Las mentiras no conducen a ninguna parte, es mejor ser honestos porque si lo somos con los demás, lo seremos con nosotros mismos.

    Besos.

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Qué el amor ilumine tu inteligencia y abra tu corazón para que las palabras que pronuncies conviertan el mundo en un lugar mejor :)
Sin mentir, encontrarás la luz del amor con más facilidad.
Siente la vida, siéntete a ti mismo, y di lo que sientes, sintiendo lo que dices
La paz es el camino y la humildad sus pies -.-

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