jueves, 16 de febrero de 2012

Sapito, sapito...

haideé iglesias

¿Cómo puede un sapito que no quiere dejar de serlo porque no quiere saber quién es, y por qué le pasa lo que le pasa, hablar como si tuviera conocimientos profundos de las emociones? 
Las arrugas marcan ya tus facciones (que no estaban en los días en los que hablábamos más a menudo), señalando la vorágine que vives por dentro. ¿Qué mejor que saber qué es lo que ocurre? ¿Qué mejor que encontrar el modo de responsabilizarse de esas emociones y dejarlas fluir para que el sufrimiento se convierta en libertad? ¿Por qué no? Vuelvo a repetir, ¿por qué empeñarse en ser ruin pudiendo ser elegante? Y la postura "pobre de mi", tanto como la de "encajador" de golpes es inmadura. ¿Qué golpes has encajado tú sino aquellos que tu mismo has provocado en los demás? Y sobre todo en esta demás... 
¡Ay!, sapito, sapito... ¿o será ranita? :)  No lo sé, pero es tan bonito-a... y mucho más su alma, alma que él se niega a ver... y que para mi es transparente...

Cuánto me gustaría que pudieras, pudierais, dejar de utilizar palabras que no sentís... para poder encontrar las que si sentís pero no lo sabéis...

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Qué el amor ilumine tu inteligencia y abra tu corazón para que las palabras que pronuncies conviertan el mundo en un lugar mejor :)
Sin mentir, encontrarás la luz del amor con más facilidad.
Siente la vida, siéntete a ti mismo, y di lo que sientes, sintiendo lo que dices
La paz es el camino y la humildad sus pies -.-

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