miércoles, 23 de junio de 2010

Fantasía ilusoria y la conciencia de unidad


Creada originalmente por Haideé Iglesias

"No hay ilusión más peligrosa que las fantasías mediante las cuales la gente procura evitar la ilusión."

Fenelón. Arzobispo de Cambrai.

"Si a quien busca se le busca y no puede ser hallado, con ello se alcanza el objetivo de la búsqueda, y también el término de la búsqueda misma."

Padma Sambhava. Sabio budista.

"... La escisión entre el que experimenta y el mundo de las experiencias no existe y, por consiguiente, no es posible encontrarla.
En principio, esto puede parecer raro, tan acostumbrados como estamos a creer en las demarcaciones, pues parece evidente que soy el "yo" que oye los sonidos que se oyen, tiene las sensaciones que se sienten y ve las cosas que se ven. Pero, por otra parte, parece extraño que deba describirme en función de las cosas que percibo, como el que oye los sonidos que se oyen, tiene las sensaciones que se sienten y ve las cosas que se ven. ¿Es realmente tan complicada la percepción? ¿Es cierto que participan en ella tres entidades separadas, el que ve, el acto de ver y lo visto?
Es indudable que aquí no hay tres entidades separadas. ¿Se da alguna vez el caso de que alguien vea sin el acto de ver o sin algo que sea visto? ¿O el acto de ver sin alguien que vea y sin algo visto? El hecho es que quien ve, el acto de ver y lo visto son todos ellos aspectos de un único proceso, y nunca, en ningún caso, se encuentra uno de ellos sin los demás.
Nuestro problema consiste en que tenemos tres expresiones -"quien ve", "el acto de ver" y "lo visto"- para una única actividad, la experiencia de ver. Es como si describiéramos una corriente de agua diciendo que "la corriente hace correr el agua que corre", lo cual sería del todo redundante e introduciría tres factores donde en realidad no hay más que uno. Sin embargo, hipnotizados como estamos por la palabra mágica de Adán (el autor ha hecho una introducción sobre esto que no pondré en este extracto) suponemos que debe haber una entidad aparte, el que ve, y que mediante algún proceso que llamamos "ver", el que ve llega a conocer otra cosa, que es "lo visto". Entonces, claro está, suponemos que no somos nada más que quien ve, totalmente divorciado de lo visto. Nuestro mundo, que se nos da de una sola vez, queda entonces escindido por la mitad, con el "yo interno que ve" enfrentado a través de un abismo, a las cosas vistas " ahí afuera".

[...]Cierre usted los ojos y preste atención al proceso real de la audición. Fíjese en todos los sonidos y ruidos que flotan a su alrededor: los pájaros que cantan, los coches que pasan rugiendo, el chirrido de los grillos, las risas de los niños, el sonido de la televisión. Pero a pesar de todo lo que oye, repare en que hay algo que no puede oír, por más atención que ponga a casa ruido o sonido. No puede oír al oyente. Es decir, que aparte de todo lo que oye, no puede oír a un oyente de todo eso.
No puede oír al oyente de todo eso porque no lo hay. Lo que le han enseñado a llamar "oyente" no es, en realidad, más que su propia experiencia de oír, y usted no oye el oír. En realidad, no hay más que una corriente de sonidos y ruidos y esa corriente no es escindida en un sujeto y un objeto. Aquí no hay demarcación alguna.
Si deja que la sensación de ser "oyente" que tiene metida en la cabeza se disuelva en el oír, podrá descubrir que su "yo" se funde con todo lo que "se oye ahí afuera" Como exclamó un maestro zen en el momento de la iluminación: "Cuando oí repicar las campanas del templo, de pronto hubo campanas y no hubo yo, solamente hubo repicar". Se dice que por mediación de una vivencia como ésta, Avalokitesvara alcanzó la iluminación, pues al prestar atención al proceso de oír, comprendió que no había un ser separado, un oyente, aparte de la corriente misma de audición. Cuando intentamos oír al oyente subjetivo, lo único que encontramos son sonidos objetivos. Y eso significa que uno no oye sonidos: uno es los sonidos. El oyente es cada sonido o ruido que se oye. No es una entidad separad que se mantenga aparte oyendo oír."

Podríamos así comprender que en las tradiciones místicas del mundo entero, se llame "liberado" a aquél que ve a través de la ilusión de los opuestos. Porque se ha "liberado de los pares" de opuestos, se ha liberado en esta vida de los problemas y conflictos fundamentalmente absurdos que ponen en juego la guerra de los opuestos. En esa búsqueda de paz, ya no manipula uno contra otro los opuestos, sino que los trasciende a ambos. […] La cuestión ya no es separar los opuestos para lograr un "progreso positivo", sino más bien unificar y armonizar los opuestos, tanto positivos como negativos, descubriendo un fundamento que trascienda y abarque a ambos. Y ese fundamento es la conciencia misma de unidad."

Ken Wilber ( Libro "La conciencia sin fronteras")

"Los fantasmas no producen sombra"

Ken Wilber

No hay un "yo" al que destruir, es que nunca hubo un "yo".

2 comentarios:

  1. La foto me encanta, crea imaginación y despierta el sentido del arte en uno mismo.
    Un abrazo.

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  2. Muy interesante los textos expuestos y el contenido que puedo rescatar de todo. Supongo que cada uno rescata "lo que puede" según sus propias cadenas o libertades individuales. Respecto de la foto veo clarísimamente el rostro de una calavera deformada; muy sugerente la imagen.

    Es un placer pasar por aquí a saludarte, entre otras cosas.

    Un beso.

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Qué el amor ilumine tu inteligencia y abra tu corazón para que las palabras que pronuncies conviertan el mundo en un lugar mejor :)
Sin mentir, encontrarás la luz del amor con más facilidad.
Siente la vida, siéntete a ti mismo, y di lo que sientes, sintiendo lo que dices
La paz es el camino y la humildad sus pies -.-

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